Desde hace más de medio siglo La Pérgola sirve alguno de los bocadillos más queridos de la ciudad de Valencia
La Pérgola es una de las más importantes instituciones del esmorzaret valenciano. Fundado en 1962 en un kiosko de la Alameda de Valencia capital, todas las mañanas congrega en sus mesas, barra o terraza a cientos de pensionistas, oficinistas y obreros que se meten entre pecho y espalda uno de sus famosos bocadillos.
Son las 10 de la mañana de un martes laborable, la hora punta del almuerzo. La Pérgola está ya abarrotada. El menú es el típico del esmorzaret, a saber, aceitunas, cacaus –cacahuetes, que aquí sirven salados y tostados en casa- y bocadillo. De beber, cerveza o vino con gaseosa (botella en mesa). De postre un cremaet –el típico carajillo valenciano–. Y, para los valientes, chupito de cassalla. Aunque era pronto, se servían a buen ritmo.
Este despliegue sorprende incluso a los propios valencianos, que mientras se escapan del curro para comerse un bocata de carne de caballo, riñones o albóndigas, se ríen y comentan “¡la gente no trabaja o qué!”. Si eres de fuera ya alucinas.
Pero al margen de la experiencia de vivir el acojonante ritual del almuerzo, similar en toda Valencia, La Pérgola brinda una gastronomía popular de primer orden, con unos bocatas de creación propia que no solo son una institución de la ciudad: están de muerte.
El secreto está en la salsa verde
Aunque en La Pérgola se sirven los bocadillos clásicos del almuerzo valenciano, como la brascada (ternera, jamón y cebolla), el chivito (un bocadillo originario de Uruguay pero que es desde hace décadas fijo en Valencia) o el almussafes (sobrasada, queso y cebolla), la mayoría opta por alguna de sus famosas creaciones propias.
Está el bombón, un brutal bocadillo de lomo, queso, champiñones, salsa verde y mayonesa. Si a esto le añades patatas pochadas se convierte en un superbombón.
Otros prefieren el full equip, compuesto de longaniza, cebolla, beicon, cebolla, tomate, patatas y mayonesa. Lleva también un poco de Tabasco, que te ponen en mesa por si lo quieres con más picante. Me comería uno todos los días si no supusiera poner un pie en la tumba.
También es famoso el bocadillo de sepia la plancha, acompañado de mayonesa y salsa verde que, como explica el periodista Vicent Marco en su imprescindible manual Almuerzos valencianos: el libro de los profesionales del almuerzo, es la piedra filosofal de sus bocatas.
Esta salsa de aceite, perejil y cebolla se elabora en el mismo mortero de mármol blanco desde que se fundó el kiosko hace ya 61 años y acompaña a la mayoría de sus míticos bocadillos cuyas recetas quedaron fijas en la carta a finales del siglo pasado.
Almuerzos valencianos: El libro de los profesionales del almuerzo (Tastaolletes)
Y ¿cuánto cuesta toda esta fiesta? La Pérgola es una rara avis porque no tiene un menú de almuerzo como tal, pero pidiendo un bocadillo por persona, vino y casera a discreción –“os dejo la botella, pero si queréis más me decís”-, la picaeta y el cremaet salimos a nueve euros por barba. Y comidos. Muy bien comidos. ¡Abajo el trabajo!
Kiosko La Pérgola
- Dónde: Pg. de l'Albereda, 1. Valencia.
- Horario: De 8:00 a 16:30. Cierra domingos.
- Teléfono: 963 69 90 79
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