Hace dos semanas tuve la suerte de pasar el fin de semana en Madrid. No es la primera vez que os digo que me gusta aprovechar los viajes para descubrir algún restaurante nuevo, es una de mis aficiones preferidas. En esta ocasión, le tocó a la Taberna La berenjena, que reúne tradición y diseño en el barrio madrileño de Lavapiés.
¿Qué más se puede pedir, un sábado por la noche, que la expectativa de pasar una agradable velada con amigos degustando un delicioso menú? El lugar elegido, hasta entonces desconocido para mí es, al parecer, uno de los locales que se ha puesto de moda en la capital gracias al "boca a boca" de los que han comido en él ¿No os parece la mejor de las recomendaciones?
Lo primero que pensé al entrar en esta taberna fue "qué local más pequeño", incluso me despistó no ver ninguna mesa sino una barra adosada a la pared, sabiendo que éramos un grupo de ocho personas y que además de reunirnos para comer lo hacíamos para ponernos al día no parecía lo más adecuado. Efectivamente, es un establecimiento que cuenta con pocos metros de espacio, pero os aseguro que quedan compensados con la calidad de los platos que se sirven y la simpatía de sus propietarias.
Al fondo, al lado de la entrada a la cocina, hay un espacio en el que justo caben dos mesas y en una de ellas nos acomodamos, apretados pero decididos a no perdernos la conversación de ninguno de los que habíamos quedado. Os aseguro que al final de la cena lo que menos nos importaba era el espacio, la comida y el vino ayudaron bastante.
Cuando a una persona le gusta lo que hace se le nota enseguida, porque lo transmite sin darse cuenta. Tuvimos la suerte de que nos atendiera Marta Gutierrez, una de las artífices de este establecimiento. Nos describió cada plato con tanta minuciosidad e intensidad, siempre con la sonrisa en los labios, que nos convenció a todos al instante de lo que debíamos pedir. Si visitáis la taberna no dudéis en poneros en sus manos, acertamos dejándonos aconsejar.
Decidimos compartir platos para probar cuantos más mejor, y empezamos pidiendo un queso de oveja artesanal. Soy una auténtica fanática del queso y puedo deciros que estaba espectacular. Continuamos con mini hamburguesas de solomillo de ternera que también me gustaron mucho. Las patatas chips deliciosas y me quedé con las ganas de preguntar si el pan era también casero. A mis hijos les encantarían.
Los vinos que elegimos también ayudaron a disfrutar más si cabe de la cena. De nuevo nos dejamos aconsejar y probamos dos, ambos muy acertados: Habla del silencio, muy aromático y equilibrado, me gustó mucho, y Cuatro pasos, un vino que ha sido galardonado en varias ocasiones y que ha recibido muy buenas críticas. Me llama la atención los originales nombres con los que últimamente se bautizan los caldos, aunque a mí me sirven para recordarlos, soy una despistada.
Seguimos nuestra cena eligiendo entraña a la plancha, zarzuela de almejas y mejillón de roca, ensalada caprese con straciatella y trufa negra y pulpo a la gallega. Tengo que decir que la entraña era la de las mejores carnes que me he comido nunca, y dicho por mí es más que un halago porque no soy de carnes y menos de entraña, que es una pieza que no me suele gustar demasiado. Espectacular es poco.
La zarzuela estaba muy buena, el pulpo también, por decir algo hubiera gustado con un poco menos de pimentón, pero muy gustoso y la ensalada caprese una pasada, para que os hagáis una idea de si me gustó, os diré que creo que me la comí casi toda yo. Con el permiso de Rebeca Hernández, chef de La Berenjena, voy a intentar reproducirla en casa.
Y para finalizar, pedimos dos postres para compartir entre todos, porque ya no nos veíamos con ánimos después de esta super cena, de pedir uno para cada uno. Los elegidos fueron una mousse de queso y coulant de chocolate. Los que me conocéis sabéis que soy una fan de lo dulce y os los recomiendo si visitáis este establecimiento. Nos cortamos un poco, pero a todos nos hubiera gustado pedir la receta de la mousse ¡qué delicia terminar tan bien una comida!
En definitiva, la Taberna La Berenjena tiene bien merecida su creciente fama de establecimiento donde se come de maravilla a unos precios razonables. No quiero terminar mi entrada sin mencionar la buena música que acompaño nuestra velada. Sólo lamento vivir tan lejos, pues me encantaría poder probar el resto de la carta. Sin duda, repetiré cuando vuelva a Madrid.
Taberna La Berenjena
Calle Marqués de Toca 7 Madrid Teléfono 914 67 52 97
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