Taberna Lobo López: un rincón diferente en Valencia

Elegir un lugar para cenar con los amigos en Valencia no es nada fácil. Sobre todo si quieres que esté cerca de alguna zona de fiesta, pues la mayoría de los bares y restaurantes se centran en ofrecer menús discretos acompañados de mucha cerveza y sangría.

Aunque para los que pensamos más en comer que en beber existen diversas alternativas, hoy os voy a hablar de un rincón diferente en Valencia, la taberna Lobo López.

Se trata de un pequeño local cerca del campus de Vera que ofrece un ambiente agradable donde disfrutar de su carta con un toque especial atendido por unos camareros y cocineros simpáticos y agradables a los que se les nota que el restaurante es suyo.

El menú lo elegimos unos días antes por organizar un poco el asunto, pero se puede comer a la carta a un precio muy similar. La carta incluye platos de todo tipo, desde ensaladas, tapas, carnes y pescados, no es muy extensa pero si variada.

Nuestra primera elección fue una clásica ensalada tibia de queso de cabra, que también llevaba bacon y semillas de sésamo. Con el hambre que traíamos, voló de la mesa en un santiamén acompañada de una buena dosis de pan que rebañó el fondo del plato.

Tras la ensalada, llegó una cazuela de Provolone sobre una base de jamón cocido que estaba realmente bueno. La impaciencia de algunos les hizo comprobar lo caliente que había salido de la cocina.

El queso iba aderezado con un poco de albahaca fresca (juraría que también orégano) que le daba el toque perfecto y te transportaba por un segundo a la Toscana, aunque tus amigos te devolvieran de nuevo a la mesa llenándote la copa de vino.

Una vez finiquitado el Provolone entro en escena una omnipresente cazuela de patatas a lo pobre, huevo y jamón. No sé si se llega a apreciar en la foto pero el jamón estaba recién cortado y a las patatas se les notaba que llevaban un buen rato a fuego lento, algo que nos corroboró más tarde el cocinero.

De nuevo, el contenido de la sartén desapareció sin apenas darnos cuenta, entre risas, brindis y pan. A duras penas conseguía que los comensales aguantaran el tiempo necesario para hacer una foto.

Después de disfrutar de la sartén, era el momento de llenar el buche con unas cuantas tostas, en este caso unas de jamón con queso brie, y otras de queso fundido con cebolla caramelizada.

Calentitas y recién salidas de la cocina tenían una pinta excelente, tanto que si mis generosos amigos no me hubieran dejado probarlas todas (por el bien de mis lectores) me hubiera costado mucho decidirme por una de las dos.

La última de nuestras elecciones fueron dos señores entrecots, cada uno hecho al gusto de la mitad de los comensales (éramos cinco). En mi lado de la mesa se eligió uno muy poco hecho y en el otro al punto.

He de decir que hacía tiempo que no me hacían tanto caso a la hora de pedir carne. El entrecot poco hecho estaba perfecto: churruscado por fuera y sangrando por dentro, para mi gusto, delicioso. El que pedimos al punto, lógicamente, paraba un poco más seco, pero estaba igualmente cocinado tal como fue pedido.

Como con la carne el camarero nos vio con cara de habernos quedado con una puntita de hambre, nos ofreció una cazuelita de sobrasada con miel con la que acabamos de saciar nuestro apetito.

Acompañada de pan, era un auténtico manjar, y eso que en nuestros estómagos ya había suficiente comida como para alimentar a un adulto bien crecidito.

Poniendo el broche a tan deliciosa cena —y como antesala de los cafés, copas y chupitos que prosiguieron— disfrutamos de un par de postres que no por clásicos dejaban de estar deliciosos.

Por un lado, una tarta de queso con arándanos a la altura de las mejores que he probado y, por el otro, un brownie de chocolate con bola de helado que tampoco era moco de pavo.

En definitiva, un rincón muy agradable en el que celebrar algo o simplemente disfrutar de la comida. El local es sencillo pero acogedor, aunque algo ruidoso (si bien en este caso, los ruidosos éramos nosotros) y el trato del personal sencillamente impecable.

Taberna Lobo López

Calle Gorgos 22
Valencia
Tel. 963 691 609
Precio: 25 euros por persona con bastante vino

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