La carabela portuguesa (Physalia physalis) se está expandiendo por el Mediterráneo debido al cambio climático
Su picadura es peligrosa y ya ha obligado a cerrar varias playas en Tarragona
Aunque tiene apariencia de medusa, la carabela portuguesa (Physalia physalis) es en realidad un organismo colonial, formada por hidroides. En cristiano: un bicho marino de aspecto cuanto menos alarmante. Y no es para menos, pues más nos vale mantenernos alejados de ellas.
Con unos tentáculos que pueden llegar a medir 50 metros –aunque normalmente rondan los 10– y una vela gelatinosa de entre 15 y 30 cm, la carabela portuguesa se mueve por los océanos impulsada por los vientos, las mareas y las corrientes marinas.
Habitual de latitudes tropicales, donde es bien conocida por los bañistas, en España ya había aparecido en años anteriores en la costa cantábrica, pero nunca en aguas del Mediterráneo. Su presencia ha obligado a prohibir el baño en varias playas de Tamarit y Altafulla, en la catalana Costa Dorada.
Su presencia también es cada vez más común en las costas cantábricas y gallegas, donde se habían hecho ya avistamientos con anterioridad, pero nunca con la densidad con la que están apareciendo este verano. El motivo: todo apunta al cambio climático.
Hola, carabela
El aumento de la temperatura de los océanos es malo para algunas especies, pero bueno para otras, como en el caso de la carabela portuguesa, para la que se amplia las zonas aptas para su proliferación.
No era raro que las carabelas acabaran empujadas por las corrientes oceánicas, en lugares tan poco tropicales como Argentina, Sudáfrica o, incluso, Irlanda, pero eran avistamientos anecdóticos: los animales llegaban allí, pero no se reproducían, lo que limitaba su presencia.
El problema es que está empezando a estar el mar en España tan caliente que ya sí pueden expandirse, lo que puede ser especialmente preocupante en el Mediterráneo, donde hasta ahora casi no había ejemplares dado lo complicado que era que llegaran desde el Atlántico.
Qué hacer si te pica
Como las medusas, la carabela usa un veneno que le sirve para paralizar a los peces, pero que también puede afectar seriamente al ser humano.
Aunque las muertes provocadas por las carabelas son escasas, sus picaduras son muy dolorosas y provocan una gran irritación en la piel. Son especialmente peligrosas para niños y personas con enfermedades cardiovasculares, que pueden llegar a sufrir un paro cardiaco. La picadura también es peligrosa en la medida en la que puede provocar un ahogamiento.
Para tratar la herida de una carabela se recomienda aclarar la zona con agua salada. Si se tiene acceso, además, a agua caliente, esta reduce la acción del veneno. Es importante tratar de extraer los filamentos que la carabela deja en la piel al picar. Son pequeños, así que lo ideal para retirarlos es pasar por la piel una superficie fina y plana, como el canto de una tarjeta de crédito.
Imágenes | IDANIA LE VEXIER/Patricio Novoa Quezada
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