No sentirse turista en Roma es complicado, porque casi todo el centro de la ciudad está plagada de ellos y, por ende, también de todo tipo de locales y restaurantes enfocados para ellos, con sus cartas en mil idiomas y fotos que ilustran los platos, de los que tratamos de huir como de la peste.
Teníamos varias recomendaciones para comer en la capital italiana, pero siempre estaban fuera de nuestra ruta o nos caía una tromba de agua que nos hacía refugiarnos en el primer sitio a cubierto. Afortunadamente, tras varios días comiendo paninis y pizzas, encontramos la Trattoria Al Gran Sasso en la parte norte del centro de la ciudad, y aunque no teníamos ninguna referencia, hubo algo que hizo que decidiéramos comer allí.
Vista desde fuera esta trattoria no invita demasiado a que entres en ella, pues es poco más que una puerta en una pared descuidada. Pero lo que se podía ver a través de esa puerta era alentador. Un local pequeño pero de decoración cuidada, sin pretensiones pero agradable, y sobre todo un menú escrito a mano con mucho mimo en una pizarra (y solo en italiano) y una clientela que no tenía pinta alguna de turista.
Que el afable aunque sobrio camarero no hablara más que italiano ni se esforzara por chapurrear ningún otro idioma también era buena señal, así que pronto bajamos las defensas de que nos timaran --temor de todo turista-- y pudimos disfrutar de una magnífica comida.
Empezamos con dos de los antipasti del día, un tartar de salmón y una ensalada de pulpo, aunque más bien era algo parecido a un pulpo a la gallega, aunque con una combinación de especias diferente. Ambos estaban deliciosos, lo que nos hizo sonreír tras varios días a base de pizzas y paninis.
De segundo (aunque en realidad eran primeros) pedimos dos platos bien diferentes. Por un lado unos fetuccini al funghi porcini realmente sabrosos; por el otro, un risotto alle pesche (con almejas y otros mariscos) que nos sorprendió porque no se parecía tanto a lo que aquí conocemos como risotto, pero que igualmente estaba delicioso.
De postre, para redondear la comida, compartimos un sencillo pero delicioso cuenco de fresitas silvestres (en italiano sonaba mejor, pero ahora no recuerdo el nombre) con un helado de vainilla espectacular, y eso que no me gusta el sabor a vainilla en los helados. Después, un café, y con fuerzas recuperadas para seguir haciendo turismo.
Trattoria Al Gran Sasso
Via di Ripetta, 32
00186 - Roma (RM)
Tel: 06.3214883
Precio: 20 euros por persona
Más información | Trattoria Al Gran Sasso
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