Día a día el turismo gastronómico gana más adeptos, y es lógico, el buen comer y el buen beber se impone en nuestra sociedad cada vez más gourmet. Cada día hay más personas que proyectan sus vacaciones en torno a una ruta enológica y gastronómica.
Un lugar ideal para disfrutar de este tipo de turismo es la provincia de Valladolid, allí podemos disfrutar de los grandes vinos Ribera del Duero y una auténtica cocina castellana. Para empezar, nada mejor que acudir al Castillo de Peñafiel, una majestuosa construcción del siglo XI, donde podemos encontrar el Museo Provincial del Vino de Valladolid, localizado en una de las alas del castillo.
Aquí vas a poder disfrutar realizando un recorrido histórico concerniente al mundo del vino, también podrás disfrutar de un curso de cata que el museo brinda a sus visitantes y ya de paso, comprar algunos de los vinos de las cuatro Denominaciones de Origen existentes en la provincia, Rueda, Ribera del Duero, Cigales y Toro. Claro que si deseas visitar algunas de las bodegas más importantes de la provincia, también te proporcionarán las ofertas.
Hemos hablado de vino, pero la gastronomía castellana tampoco se queda manca, disfrutar de un genuino menú vallisoletano es un placer para el paladar, hay una amplia oferta que te presenta el problema de no saber qué elegir, un cordero lechal, un lechazo, etc.
Todos sus platos y productos son dignos de admirar y de saborear, por poner un ejemplo, incluso el pan de Valladolid posee etiqueta de calidad, es más, es el único reconocido con Denominación de Origen de toda España, nosotros cada verano nos traemos unos cuantos, pero duran poco.
Lo dicho, si te apetece disfrutar de una ruta gastronómica y enológica, visitando Valladolid completarás perfectamente tus vacaciones.
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