Una bloguera francesa condenada a pagar 2.500 euros por hablar mal de un restaurante

Si sois lectores del blog, sabréis que normalmente siempre hacemos críticas positivas de los sitios que visitamos o de los productos que analizamos. No es porque todo nos guste, es solo que, como diría el adorable conejito Tambor: si al hablar no has de agradar, te será mejor callar.

Lo que pasa es que a veces, por el motivo que sea, uno considera que es importante compartir esa mala experiencia en vez de guardársela para uno mismo. Algo parecido debió ocurrirle a esta bloguera francesa condenada a pagar 2.500 euros por hablar mal de un restaurante.

Caroline Duodet tiene un blog personal llamado Les Chroniques Culturelles. En el habla de un poco de todo: aunque especialmente de libros, arte y viajes. Se trata de un blog sin publicidad ni especial afán divulgativo, simplemente un lugar en el que está chica cuenta su visión del mundo, como muchos otros blogueros.

Hay que tener cuidado con las críticas negativas, pueden darte un disgusto

Por lo visto, vivió una mala experiencia al ir a cenar al restaurante italiano Il Giardino en Cap-Ferret (en la costa suroeste de Francia, cerca de Mérignac). No la atendieron bien desde el principio, fueron lentos, poco amables y un tanto desdeñosos, así que Caroline decidió contarlo en su blog, un poco enfadada, pero sin llegar a un insulto que llamar "diva" a la dueña. (Podéis leer el artículo aquí)

Hasta aquí todo normal. Lo que ocurre es que por cosas de Google, su crónica empezó a aparecer entre los primeros resultados cuando buscabas el nombre del restaurante, y eso gustó tan poco a sus dueños que decidieron denunciarla por difamación, sin mediar palabra o correo alguno con la bloguera, considerando que se trataba de un insulto en vez de un crítica.

Lo que es noticia es que un juzgado francés ha decidido darle la razón al restaurante, obligando a la bloguera a cambiar el titular (que era algo como "Un lugar para evitar en Cap-Ferret: Il Giardino", aunque ella lo ha retirado completamente), y estableciendo una compensación de 1.500 euros, más las costas del juicio, otros 1.000 euros.

A veces la balanza de la justicia no está bien equilibrada

Personalmente me parece un despropósito, pues el artículo en cuestión dista de ser difamatorio, y la bloguera no tenía más interés que el de contar su experiencia, como lo hace cualquier otro usuario en plataformas como TripAdvisor, El Tenedor o similares. Además, sienta un mal precedente para que cualquier establecimiento denuncie las malas críticas, en vez de centrarse en mejorar su servicio.

Otra cosa muy diferente hubiera sido si esta bloguera hubiera se hubiera aprovechado de la buena posición de su artículo en Google para chantajear al restaurante exigiendo algún tipo de compensación por retirarlo, o si se pudiera demostrar que lo hizo a mala fe o con intereses que entraran en conflicto, como que un familiar tuviera un negocio similar en la zona.

Pero no siendo así, creo que la libertad de expresión y el derecho a la información deben primar sobre el deseo del restaurante de que se desaparezca una crítica negativa a su negocio. En mi opinión, deberían preocuparse de como alguien se ha podido sentir tan mal atendido en su restaurante como para escribir una crítica negativa, cuando es algo bastante poco habitual.

Vía | Genbeta
Imagen | Vicente Villamón
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