De vuelta a España, pero con la mente y los bioritmos aun puestos en Vietnam hago un repaso de lo que mas me ha llamado la atencion de este pais exotico y sorprendente...
Sin duda, lo que mas me ha gustado, es que la vida de los vietnamitas trascurre en la calle, las calles estan llenas de vida, las casas estan totalmente abiertas a la calle que es donde todo se cocina, y digo literalmente porque la gastronomia se vive intensamente en cualquier esquina.
Vayas donde vayas hay alguien cocinando un pho o haciendo un trozo de carne a la brasa, los arrozales verdes e inundados dominan los paisajes rurales, el agua como elemento imprescindible lo llena todo, los mercados son bulliciosos y abundantes, el pescado siempre está fresco, los zumos tiene sabor internso, el cafe se hace lentamente, los rollitos de primavera crujen en la boca, el sabor y el olor del nuoc mam lo domina todo, los pescadores y sus formas de pesca tradicional, la cerveza bia hoi recien hecha, las gambas con chile, el sabor del jengibre y la leche de coco, los sombreros conicos, las frutas desconocidas y coloristas, las carnes caramelizadas....y como no, los noodles. Este diario gastronomico de viaje no ha pretendido ser un resumen de la gastronomia vietnamita, tan solo una vision subjetiva de unos ojos y un paladar gastronomicamente curiosos, que se han dejado sorprender por aquello que se han encontrado a lo largo de un pais tan extenso en territorio, como en su gastronomia. Agradezco a Directo al paladar haberme permitido compartir esta curiosidad viajera y a los que durante un mes se han querido acercar a la gastronomia vietnamita a traves de este diario gastronomico.