Si existiera un ranking de recetas de tarta de manzana fáciles y rápidas de preparar, la primera posición la ocuparía esta: galette de manzana. La base de masa quebrada se hace en un abrir y cerrar de ojos. Se puede comprar hecha y ahorrar incluso más tiempo, pero no lo recomendamos porque una masa quebrada hecha en casa es insuperable.
El relleno de la galette de manzana se cuece en el horno, así que solo hay que pelar y cortar la fruta, condimentar un poco y lista para montar sobre la base. El resto lo hace el horno y a nosotros solo nos queda esperar a que esté cocida para poder disfrutarla. Os enseñamos el proceso en vídeo para que comprobéis con vuestros propios ojos lo sencilla que es la receta y también el texto escrito con todo tipo de explicaciones para que os salga perfecta.
Mezclamos la harina y 100 gramos de azúcar (reservamos el resto para el relleno) con la mantequilla y trabajamos con las yemas de los dedos. Añadimos el agua y removemos de nuevo sin tocar mucho para que no se caliente. Envolvemos en papel transparente y dejamos enfriar 15 minutos en la nevera.
Mientras tanto precalentamos el horno a 180º C, con calor arriba y abajo. Pelamos, descorazonamos y laminamos las manzanas. Rociamos con el zumo de medio limón. Agregamos la harina refinada de maíz, los 40 gramos restantes de azúcar y removemos bien hasta integrar.
Extendemos la masa sobre una lámina de papel vegetal y la transferimos a una bandeja de horno. Colocamos la manzana por la superficie, sin llegar al borde y dejando un margen de masa de unos cuatro centímetros que doblamos hacia el interior, cubriendo parte de las manzanas.
Pintamos la masa con huevo batido y, opcional, espolvoreamos con azúcar al gusto y un poquito de canela. Introducimos en el horno y cocemos durante 25-30 minutos o hasta que el borde esté dorado y crujiente. Retiramos y dejamos atemperar unos minutos (o enfriar completamente) antes de servir.
Con qué acompañar la galette de manzana
Podemos tomar la galette de manzana caliente, recién salida del horno, y acompañarla de una bola de helado de vainilla. El contraste frío y caliente es magnífico. También podemos servir la galette con un chorrito de crema inglesa, un poco de crème frâische y yogur griego.
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