Para hacer estas galletas de canela, pasas y nueces solo necesitas un bol y un tenedor. Ni robots, ni varillas, ni nada parecido o remotamente difícil de conseguir. Por eso esta es la receta perfecta para tener siempre a mano. El proceso es de lo más sencillo y el resultado delicioso.
Dependiendo del tiempo de horneado, estas galletas quedarán más o menos tiernas. A nosotros nos gustan ligeramente blandas, pero bien cocidas, en su interior y con los bordes crujientes. Si sois de los que las prefieren más hechas, solo tenéis que aumentar el tiempo de horno un par de minutos.
La masa de galletas se expande en el horno por efecto del calor, así que es importante dejar espacio entre las galletas cuando las coloquemos sobre la bandeja. De lo contrario se pegan unas a otras. También ayuda que la masa esté fría. Si os gustan las galletas finas, podéis aplanarlas más de lo que os mostramos en el vídeo.
En un bol amplio mezclamos la mantequilla y los dos tipos de azúcar. Removemos con un tenedor hasta incorporar y obtener una pasta cremosa. Añadimos el huevo y removemos de nuevo.
Mezclamos la harina, la canela molida y la levadura química e incorporamos al bol. Por último agregamos las uvas pasas y las nueces picadas.
Dejamos enfriar la masa en la nevera, entre 1 1/2 y 2 horas. Este es un paso importante, la masa necesita reposar y coger consistencia, así que no os lo saltéis.
Con las manos bien limpias, tomamos porciones de masa y boleamos. Colocamos sobre una bandeja de horno cubierta con papel vegetal, dejando espacio entre ellas para que no se peguen, y aplastamos ligeramente con los dedos.
Cocemos en el horno, precalentado a 175 ºC con calor arriba y abajo, durante 10 minutos o hasta que los bordes estén dorados. Dejamos enfriar antes de consumir.
Con qué acompañar las galletas de canela, pasas y nueces estilo americano
Cualquier momento es bueno para servir estas galletas de canela con nueces y pasas. Nos encantan como bocado dulce para acompañar el café de la sobremesa y a la hora de la merienda con un vaso de leche fría a su vera. Pero nada impide que las disfrutéis cuando os apetezca.
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