Vídeo: cuatro formas fáciles y lucidas de decorar con chocolate

Fáciles y resultonas, sencillas e impresionantes, de esfuerzo mínimo y lucimiento máximo, da igual los adjetivos que usemos que estas cuatro formas de decorar con chocolate son todos ellos y mucho más. Porque los postres y dulces en general ganan mucho si les damos un toque de gloria con la decoración. Y si encima es a base de chocolate, la batalla la tenemos ganada.

Hacer formas para decorar con chocolate es mucho más sencillo de lo que puede parecer a primera vista. Os lo mostramos en vídeo, que es la mejor manera de entender cómo hacer estas virguerías, y os brindamos más información en estos textos para que os salga todo perfecto. Churro, hojas, panal o cestillo, cualquier postre que adornéis con estas formas de chocolate parecerá más profesional y, por supuesto, estará más sabroso.

Blanco, con leche o negro, cualquiera de estos tipos de chocolate sirve para hacer estas cuatro formas. Nosotros hemos usado todos, pero esto va en cuestión de gustos. No obstante es importante mencionar que el chocolate blanco es el más frágil de todos y el más complicado de trabajar debido al alto porcentaje de manteca que contiene. Si no queréis complicaros la existencia, nuestra recomendación es que uséis chocolate negro para postres. El más manejable.

No indicamos cantidades exactas de chocolate, pues todo dependerá de cuántas formas de cada modelo queráis hacer. Algo que, ya puestos, nos lleva a una segunda recomendación: que hagáis todas las que podáis y las guardéis en un recipiente hermético en un lugar frío. Ya metidos en faena, merece la pena hacer de sobra. ¡Que luego da mucha alegría encontrarlas hechas cuando se necesitan!

Hojas de chocolate

Las hojas han de ser frescas y lo más gruesas posible porque son las que mejor se desmoldan, si están secas se vuelven frágiles y se rompen con facilidad. Son mejores las que tienen los nervios muy marcados, pues el dibujo quedará más visible en nuestras réplicas de chocolate.

Lavamos y secamos bien las hojas. Fundimos el chocolate al baño maría o en el microondas, según gustos. Pincelamos el reverso de las hojas con el chocolate fundido con ayuda de un pincel y dejamos enfriar en la nevera. Cuando el chocolate esté duro, retiramos las hojas con suavidad. Cuando más gruesa sea la capa de chocolate, más fácil el desmoldado desmoldar, por ello recomendamos aplicar dos capas de chocolate.

Panal de chocolate

Lo llamamos panal porque nos recuerda a un panal de abejas, pero quizás seamos los únicos que lo piensen. Al margen de su nombre, para preparar esta forma necesitamos una lámina de papel de burbujas (sí, el plástico con el que se envuelven los objetos frágiles) bien limpio. Sobre ella extendemos una capa de chocolate, introducimos en la nevera y, cuando haya endurecido, retiramos el papel de burbujas con cuidado. Troceamos y listo para decorar.

Cestillo de chocolate

A pesar de lo que pueda parecer, esta es la forma que más guerra nos dio y es que, como ya hemos comentado, el chocolate blanco es el más antipático. Fundimos el chocolate y rellenamos una manga pastelera. Dejamos atemperar unos minutos, mejor que no esté demasiado caliente. Extendemos una lámina de papel film sobre la mesa y, cortando el extremo de la manga pastelera, dibujamos una estrella, círculo o lo que nos apetezca.

Dejamos semi-enfriar antes de cubrir un cuenco volteado con el papel film. Si lo colocamos demasiado pronto, el chocolate se escurrirá y los extremos quedarán más gruesos. De ahí que recomendemos esperar a que esté semi-frío. Otra opción es reforzar la capa de chocolate añadiendo un poco para hacerla más gruesa. Dejamos enfriar el cuenco en la nevera y, cuando el chocolate esté duro, desmoldamos y retiramos el papel film con cuidado. Se habrán formado arrugas, así que hay que hacerlo con delicadeza para que no se rompa. Usamos el cestillo para servir frutas y otros dulces en su interior.

Churro de chocolate

Fundimos el chocolate y rellenamos una manga pastelera. Cortamos la punta haciendo un agujero fino y dejamos caer el chocolate fundido en un recipiente hondo lleno de agua helada, al tiempo que movemos la manga para hacer un churro. El contrate de temperatura hará que el chocolate endurezca al instante. Retiramos el churro con unas pinzas, escurrimos y listo para decorar.

Imagen de portada | iStock

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