Aunque nos digan que el helado se puede comer todo el año (y lo hagamos), el verano es tiempo de disfrutar plenamente de ellos, podríamos decir que en casa se comen helados a diario, cuesta controlarse.
Precisamente el domingo lo tomábamos en una terraza del paseo marítimo y comentábamos con nuestro hijo los helados que nosotros comíamos de pequeños, algunos continúan en el cartel, otros ya han desaparecido y también los hay que, tras unos años de baja, los han vuelto a lanzar pero han variado, como el Negritón.
Todos recordamos aquellos helados que nos hacían disfrutar enormemente cuando éramos pequeños, las dosis heladera no era la que actualmente tomamos, así que los disfrutábamos el doble. Dependiendo de la edad y de la dedicación de nuestros padres para proporcionarnos una nutrición adecuada, nos decantábamos por uno u otro. Principalmente fueron los Minimilk (casi siempre de chocolate), pasando a continuación por el Frigopié. Cuando nos permitían tomar un helado de hielo, era ocasionalmente porque proporcionaban menos nutrientes y más conservantes, escogíamos el Drácula, el Frigodedo o el Tiburón (estos últimos desaparecidos).
A pesar de que Frigo siempre se llevaba la palma, hay que reconocer que habían helados de otras marcas que también fueron un éxito, como el Mikolápiz de exquisita vainilla y corazón de chocolate o el Colajet, el cohete de cola, limón y la punta de chocolate con los que con suerte, tenías premio y te regalaban otro.
Hoy leemos un artículo que realizan en 20 Minutos sobre los helados de siempre y coinciden con los que conservamos en nuestra memoria gustativa… casi es hora de merendar, y nos está apeteciendo un helado, nos conformaremos con uno de los que actualmente invaden nuestro congelador, la verdad es que están buenísimas las distintas variedades de Magnum.
¿Cuál fue tu helado y cuál es el actual?