Todavía desconocido para la gran mayoría de la población tras desaparecer de los supermercados hace dos décadas, la comunidad científica trabaja por devolver la confianza en el uso del aceite de orujo de oliva tanto a nivel doméstico como profesional, pues diversos estudios están demostrando sus efectos beneficiosos en la salud y sus ventajas frente a otros aceites más comunes de fritura.
ORIVA, la Interprofesional del aceite de orujo, lleva años impulsando investigaciones científicas para derribar mitos y respaldar su consumo, gracias en gran medida a las colaboraciones con el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). El último estudio realizado por investigadoras de esta institución muestra que este aceite puede ayudar a disminuir el colesterol, reduciendo el riesgo de enfermedades cardiovasculares y otras patologías asociadas.
Los resultados de este trabajo, publicados recientemente en las revistas internacionales European Journal of Nutrition, Nutrients y Foods, parten de dos ensayos clínicos realizados con 132 voluntarios, tanto sanos como sujetos de riesgo por hipercolesterolemia, analizando los efectos que tienen el uso y consumo de aceite de orujo de oliva en comparación con el aceite de girasol y el de girasol alto oleico.
Las investigadoras del Instituto de Ciencia y Tecnología de Alimentos y Nutrición (ICTAN) asociado al CSIC, entre las que se encuentra Laura Bravo Clemente, se propusieron evaluar el impacto del aceite de orujo en la salud de las personas tras un consumo regular, teniendo en cuenta tanto a consumidores sanos como en riesgo de enfermedades cardiovasculares.
Como explica Raquel Mateos Briz, investigadora del CSIC en el ICTAN, han sido más cuatro años de trabajo en los que se han desarrollado dos estudios clínicos de intervención, aleatorizados, controlados, cruzados y ciegos. Es decir, se dividieron de forma aleatoria a los voluntarios para que consumieran 45 g de aceite al día, bien de orujo, bien de girasol durante cuatro semanas.
"Pasado este tiempo y tras una fase de lavado, se cruzaron los participantes para consumir el otro aceite durante el mismo tiempo, otras cuatro semanas. Los estudios eran ciegos, por lo que los voluntarios desconocían el aceite que nosotros le proporcionábamos en cada etapa", señala Mateos. Los aceites control fueron el aceite de girasol y el aceite de girasol alto oleico, muy comunes en España para frituras, y los participantes tenían además restringido el consumo de otras grasas.
Los resultados de este estudio muestran efectos positivos en la salud tanto de personas sanas como en sujetos de riesgo por enfermedades cardiovasculares, ya que se observó un descenso de los niveles de colesterol total y del llamado LDL o colesterol malo. También mejoró el perímetro de la cintura, especialmente de los voluntarios con obesidad, y mejoró la resistencia a la insulina.
Por tanto, los resultados obtenidos sugieren que el uso y consumo regular de aceite de orujo de oliva, en sustitución del de girasol, podría mejorar biomarcadores de riesgo cardiometabólico, con efectos positivos en patologías relacionadas con el colesterol, la obesidad o la diabetes. Estos beneficios se unen a las ventajas que este aceite ha demostrado a la hora de obtener frituras más saludables, crujientes y doradas, así como en sostenibilidad.
ESENCIA CALIFAL | Aceite de Orujo de Oliva 5L
Fotos | ORIVA - sergeyryzhov en iStock
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