El agua moja, La Tierra no es plana y uno más uno son dos son verdades aceptadas, comprobadas y universales. Casi tan universales, comprobadas y aceptadas como que cada verano alguien —véase un incauto o un influencer de turno— va a llegar a Ibiza y se va a sorprender con sus precios.
Sí, es 2023 y sí, alguien todavía pretende convertir esto en novedad, polémica o manera de seguir en el candelero. Quizá nosotros, recordándolo, también lo estemos haciendo, pero no deja de ser curioso que siempre haya alguien que parezca darse por sorprendido.
Ibiza no es una isla barata, pero por desgracia lo peor no es que no sea barata para comerse un bocadillo de jamón en el aeropuerto. Tampoco para pagar por una botella de agua en uno de los chiringuitos más lujosos de la isla.
Quizá sea más triste que los mismos que hoy se quejan de que Ibiza sea cara lo hagan sólo por un bocadillo o por una botella de agua. No por los precios de la vivienda que invitan a hacinar a los trabajadores de temporada en pisos, llegando incluso a 'comercializarse' las terrazas y los balcones.
Tampoco porque resulte imposible para médicos, enfermeros y cualquier tipo de funcionarios costearse la vida en la isla si no tienen la suerte de tener una casa propia, amigos o ser ibicencos.
De bocadillos de jamón y botellas de agua
Imposible para ciertos hábitos de vida, es evidente que hay determinadas zonas de Ibiza convertidas en un parque de atracciones donde hay que tener mucha pasta para permitirse el acceso. Lo llaman oferta y demanda, lo cual hace entender que el que no quiera pagar por eso, se busque otro lugar.
No obstante, no deja de ser curioso —y ridículo— que dos influencers que hasta la fecha siempre han hecho gala de relativo éxito los que ahora hagan 'ruido' por lo cara que es Ibiza. Más aún cuando lo hacen desde dos localizaciones donde todo hacía esperar que nada fuera a ser barato.
El primero fue el trader y coach Josef Ajram, que puso el grito en el cielo —es decir, Twitter— por ver un bocadillo de jamón ibérico a 14,75 euros en el aeropuerto de Ibiza. Tampoco es que vayamos a defender este rejonazo, pero lo cierto es que los aeropuertos españoles suelen tener precios prohibitivos de por sí.
El otro cuchufletero ha sido el influencer gastronómico Pablo Cabezali, conocido por sus cuentas en YouTube, Instagram, Twitter y TikTok de CenandoConPablo, que ha pasado unos días en Ibiza y no ha faltado a su cita con la alta gastronomía.
En este caso, tras pasar por Casa Jondal —un restaurante del que ya te hablamos en DAP— y pagar una cuenta de 900 euros decide sorprenderse con un "ojo al agua" al pagar cada botella de agua mineral por 10 euros la unidad.
Como vemos, el agua moja, pero si además es en Ibiza es posible que también pique.
Imágenes | Josef Ajram / CenandoConPablo
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