Alerta alimentaria por presencia de Listeria en butifarra negra y bull de lengua de la marca catalana Salgot

Las autoridades sanitarias de Cataluña han informado a la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) de una alerta alimentaria vinculada a la presencia de Listeria en varios lotes de embutidos de la empresa catalana Salgot, concretamente butifarra negra y bull de lengua.

La notificación la ha efectuado la propia empresa tras la detección de la bacteria Listeria monocytogenes en un lote de butifarra negra tradicional en un autocontrol por parte un cliente. En un comunicado emitido ayer, Salgot informa haber realizado análisis en el resto de sus embutidos así como en los demás lotes de los afectados, asegurando que no se ha detectado la bacteria en ningún otro producto.

La empresa ya se ha puesto en contacto con sus clientes y se está ultimando la retirada de todos los lotes afectados por la alerta, cuya distribución abarca las comunidades autónomas de Cataluña, Aragón, Islas Baleares, Madrid y Valencia.

Los productos afectados son los siguientes:

  • Nombre en etiqueta: Botifarra negra, Botifarra negra Tradicional y Bull de llengua.
  • Marca comercial: Salgot.
  • Números de lote: Botifarra negra: 211804 y 212019, Botifarra negra Tradicional: 211804 y Bull de llengua: 212017.
  • Fecha de caducidad: 07.08.2021 y 23.08.2021 (Botifarra negra), 24.08.2021 (Botifarra negra tradicional) y 16.08.2021 (Bull de llengua).
  • Peso de unidad: 250 g, 250 g y 1 kg, respectivamente.
  • Temperatura de conservación: refrigerados.

No hay constancia de ningún caso sanitario asociado, pero se recomienda a los consumidores que tengan alguno de estos productos en casa, como es habitual, que se abstengan de consumirlos y los devuelvan al lugar de compra.

Recordemos que la bacteria Listeria monocytogenes provoca una de las infecciones alimentarias más graves, la listerioris, una enfermedad gastrointestinal que presenta una mortalidad de entre el 20 y el 30% entre determinada población de riesgo, como los adultos mayores o las personas con un sistema inmune debilitado, siendo también las embarazadas otro grupo de riesgo al poder cauar una septicemia que pone en peligro la vida de la madre y del feto.

Suele transmitirse por consumir quesos frescos, patés, embutidos -generalmente cocidos o frescos-, fiambres o vegetales crudos, que son los alimentos más susceptibles de estar contaminados. Aunque ocasiona menos de 50 intoxicaciones al año en España, es en verano cuando suelen aumentar los casos. Gracias a los controles sanitarios internos y externos y el funcionamiento del Sistema Coordinado de Intercambio Rápido de Información (SCIRI), los productos afectados se suelen detectar y retirar antes de su venta.

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