Las organización aclara los valores nutricionales y los precios que pueden tener estos productos
Hace unos cuantos años comer pasta era un gesto bastante sencillo por la relativa escasa oferta que se encontraba en los lineales de los supermercados y tiendas especializadas.
No obstante de un tiempo a esta parte, la elección de la pasta es toda una tarea de descartar y priorizar, ya que se han multiplicado las variedades de este ingrediente Hasta la sociedad.
Pasta de harina de trigo, pasta de harina, de legumbres, pasta de harina de arroz y pastas dietéticas de todos tipos compiten en las estanterías del supermercado para seducir al consumidor, entre otras opciones.
Por otro lado, existen múltiples formas: macarrones, fideos, espaguetis, tortellini… Las opciones son infinitas, pese a que el secreto de la pasta reside en una fórmula de lo más simple: harina y agua.
Unas propuestas propugunan sus valores saludables, otras, su sabor de toda la vida y las que menos sus atributos idóneos para personas alérgicas e intolerantes a la harina de trigo. Sea como sea, la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha querido aclarar qué características tiene cada una para orientar al usuario y clarificar los diferentes ingredientes y precios, que se supone que deben tener.
Muchos hidratos y algo de proteína
Para empezar, la OCU remarca que la pasta aporta muchos hidratos de carbono, y también también proporciona proteína, siendo la más importante el gluten que le da su típica elasticidad, así como fibra.
En cuanto al consumo, se recomienda una ingesta de un máximo de 70 gramos de su peso en seco, o una cantidad ligeramente superior si se toma como plato único. Esta ración aporta un 12 % de las necesidades energéticas para uno adulto y un 18% de los requerimientos en hidratos de carbono.
Pasta con huevo
Hay una serie de productos de pasta seca que incluyen el huevo como gran ingrediente. La presencia de huevo aporta a la pasta un clásico color amarillo intenso y una textura más fuerte que se nota en la boca. Esta pasta es más rica en proteínas y en grasa y el precio por cada kilo. Es más elevado: desde tres o cuatro euros por kilo, lo que supone pagar el doble que si se escoge la pasta normal.
Pasta integral
La pasta integral era una especie en extinción hace algunos años y ahora la tienen incluso las marcas blancas. Su interés nutricional reside en su aporte de fibra de hasta 8 g por ración de 70 gramos.
En la lista de ingredientes debe figurar la sémola integral de trigo duro y no las sémola por un lado y el salvado de trigo por otro, ya que la OCU indica que no es lo mismo. En cuanto al precio cuesta a partir de dos euros si es de marca blanca o más del doble en el caso de primeras marcas. Si se trata de pasta ecológica o si es de espelta superan los 10 euros euros el kilo.
Pasta con verduras
La típica pasta de colores lleva además de pasta seca de trigo, pasta roja, elaborada con tomate y pasta verde e elaborada con espinacas. En este caso, las verduras se mezclan con las sémola, pero esto no equivale a comer verdura. Esta es a menudo un argumento para incrementar el precio del producto, que puede situarse por encima de los cinco euros.
Pasta negra
La pasta negra o comercialmente denominada all nero di sepia es realmente una pasta teñida usando tinta de calamar, lo que no tiene ninguna influencia en la composición nutricional. Este es un producto gourmet que puede tener un precio de unos 10 euros el kilo.
Pasta sin gluten
Indicada para personas que sufren, celiaquía, estas pastas suelen elaborarse a partir de maíz, que es la base más común y barata y combinarse con otros cereales como arroz y quinoa. Su valor nutricional varía poco y es muy similar al de la pasta seca. Lo que sí es bastante distinto es el precio, que de media se sitúa en torno a los cinco euros el kilo.
Pasta de arroz
Los fideos de arroz o noodles se asocian a la cocina asiática, sobre todo en los platos de sopa. Se trata de una pasta larga, fina y semitransparente, que se elabora solo con harina de arroz, pero en algunos casos se le añade trigo o pueden también elaborarse exclusivamente con vegetales como guisantes o habas. Esta pasta es mucho más cara que la tradicional con un precio de 10 euros el kilo.
Pasta de legumbres
Esta es la pasta que más de moda se ha puesto en los últimos años: con bases de lentejas, garbanzos o guisantes esta pasta no sustituye a la raciones semanales recomendadas de legumbres. Son pastas interesantes para personas celíacas con un elevado aporte proteico, pero no en fibra y que sin embargo, cuestan casi tres veces más que las otras pastas sin gluten.
Pasta rellena
Finalmente, además de las clásicas pastas sencillas, en el mercado hay distintas variedades de pasta rellena como ravioli y tortellini, tortellini… Las hay frescas y también secas, con un relleno que varía mucho y que influye ciertamente en la composición nutricional, disminuyendo el contenido en hidratos de carbono y aumentando las grasas y la sal.
Foto | Pixabay
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