Aunque pueda sorprender a muchos, existen dos formas de servir los huevos rellenos, cada una con sus ventajas
Ni fútbol ni política, el gran tema de debate universal que le encanta al ser humano es sobre comida. Y en España estamos más que curtidos en estos menesteres. No nos cansamos de discutir sobre la tortilla de patatas con o sin cebolla, nos encanta polemizar sobre la paella y hasta debatimos sobre el pan con tomate del desayuno. El último gran debate que no sabíamos que dividía a España tiene que ver con los huevos rellenos y, aunque pueda parecer absurdo, el asunto tiene miga.
Los huevos rellenos entran en la categoría de cocina viejuna por excelencia, tanto en España como en Estados Unidos, donde los deviled eggs son un clásicazo. Pero es también de esas que generan la sensación de nostalgia, despertando recuerdos a hogar, a celebraciones familiares, días de fiesta e infancias felices alrededor de la cocina de la abuela. Son muchas las casas que repiten la receta familiar particular de huevos rellenos, pasando de generación en generación. No serán muy sofisticados y puede que en pocos hogares se rellenen con la precisión elegante de una manga pastelera rizada, pero siempre triunfan.
Ahora bien, ¿cómo se sirven? Si nunca te habías planteado esta pregunta, lo más probable es que seas del equipo bocarriba, bien sea con todos los medio huevos juntitos en una gran bandeja, bien en las fuentes y platos diseñados específicamente para albergarlos en cavidades que evitan movimientos desafortunados. Pero los huevos rellenos también se pueden servir bocabajo.
Las voces mayoritarias se lanzan en contra de Kike y se declaran bocarriballista, pero no tanto por tomar partido con convicción, sino porque nunca lo han visto de otra forma. Y es cierto que la presentación mayoritaria de los huevos rellenos es bocarriba, prácticamente la única que se concibe en la gastronomía anglosajona, pero en España se preparan también al revés siguiendo recetas igual de tradicionales.
No hay aquí lados correctos o incorrectos de la historia. El huevo relleno más, digamos, mayoritario y común, se prepara con el ánimo de ser un aperitivo para comer con las manos, el típico finger food que permite a los comensales tomar su porción sin tocar las demás y devorarla de un par de bocados, sin necesidad ni de usar platos o cubiertos. Ahora bien, bocabajo la cosa cambia.
El propio Kike García o explica ante las dudas generadas: disponiendo así los huevos puedes colocar una cama de mucha más cantidad de relleno, y se reparten con una pala para coger la mayor porción de este posible. Esto, lógicamente, nos lleva ya a otra categoría de plato, más bien un entrante o primer plato que hay que servir en platos y con cubiertos.
Una búsqueda rápida por redes nos permite comprobar que no es una excentricidad del humorista, sino un plato tradicional en muchos hogares. A menudo el relleno es más jugoso y abundante, y lo típico es napar o cubrir los huevos con una salsa o simple mayonesa, y algún que otro elemento extra como anchoas o yema rallada. En DAP tenemos debilidad por los huevos rellenos en salsa verde, que además van rebozados. Hasta Karlos Arguiñano tiene una receta en la que sirve los huevos bocabajo.
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Si es mejor una fórmula que otra ya dependerá del gusto particular y de cómo queramos servir y repartir los huevos. Pero antes de ponerse a debatir hay que probar ambos métodos.
Imagen | Amasuela - Luis Lafuente Agudín
En DAP | Huevos rellenos de salmorejo
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