Si en España sentimos curiosidad por lo que come la gente famosa -y rica- para mantenerse saludable y 'joven', los británicos pueden llegar a obsesionarse hasta la médula con la dieta de la familia real. Y eso que la Casa de Windsor no pasará a la historia, precisamente, por grandes extravagancias en la mesa. Si la difunta Isabel II comía a diario el mismo sándwich, la actual reina consorte, Camila del Reino Unido, también es fiel a un plato concreto que parece ser el secreto de su buena salud.
Así lo revela su propio hijo primogénito, Tom Parker Bowles, quien se ha labrado una popular carrera mediática lejos de la realeza alrededor del mundo de la cocina y los programas de televisión. En uno de sus últimos libros culinarios, Cooking and the Crown: Royal recipes from Queen Victoria to King Charles III, nos cuenta detalles cotidianos de la vida de los monarcas y pequeños secretos del matrimonio, especialmente en cuanto a rutinas y gustos se su madre.
Camila suma ya 77 años y la prensa británica destaca su excelente estado de salud que no da muestras de flaquear pese a su animada agenda llena de los compromisos monárquicos típicos con los que tiene que lidiar una reina consorte. Y puede que una de las claves esté en su alimentación, concretamente en las gachas o porridge de avena que, afirma Tom Parker, toma a diario desde hace años.
El porridge es uno de los alimentos humildes más tradicionales y populares de la cultura anglosajona, con sus propias versiones en Irlanda y con variantes según se preparen en la zona escocesa o inglesa, pero todas se reducen a lo mismo: copos de avena cocidos en agua o leche, o mezcla, hasta formar una suerte de papilla más o menos espesa. Unas gachas de toda la vida, baratas y muy energéticas y sanas.
El hijo de Camina cuenta que su madre las come a menudo, sin perdonarlas en los meses más fríos del año, usando avena al natural y endulzada, si acaso, con miel. Además, la monarca consume su propia miel de abeja producida en las colmenas que la familia tiene en su propio huerto, situado en un campo de Raymill, cerca de Bath, en el suroeste de Inglaterra. “Mi madre dona la mayor parte de su miel a Fortnum & Mason, donde se vende en tarros especiales. Todos los beneficios se destinan a una de sus organizaciones benéficas. Es una miel delicada y dulce, tan buena mezclada con té darjeeling como con gachas de avena o yogur”, cuenta Tom Parker.
Los dos monarcas comparten afición por los alimentos locales de temporada y gustos sencillos, con especial predilección por las setas silvestres y las verduras cultivadas en el entorno; el propio rey Carlos es un conocido defensor y promotor de la agricultura ecológica desde hace décadas. Aunque el monarca a veces se salta el desayuno, lo que nunca perdona es el té en familia de las cinco de la tarde, una tradición heredada de su madre.
Imágenes | The Royal Household
