Cómo conseguir enfriar bebidas en el menor tiempo posible según la ciencia (y no es en el congelador)

Tres elementos aceleran una tarea que en verano es más ardua que nunca

Por mucho que nos digan que es más efectivo tomar algo tibio para combatir el calor, no hay nada como una bebida refrescante en plena subida de las temperaturas. Mantenerse bien hidratado es esencial y un buen trago de agua fría, limonada o refresco ocasional, recién salido de la nevera, sienta de maravilla. Pero, ¿y si se nos ha olvidado reponer las reservas de bebidas frías?

El congelador y los cubitos parecen la solución más obvia, pero no es la única ni la más efectiva. El hielo además aguará nuestra bebida antes de que se enfríe, pero sí podrán ser muy útiles empleando otra técnica mucho más rápida. Hay un método infalible para enfriar las bebidas rápidamente, no hace falta usar el congelador y además tiene su explicación científica.

Agua, hielo... y sal

Es uno de los métodos más antiguos que se llevan usando para enfriar bebidas, muy útil cuando no existían los congeladores y neveras o no eran tan accesibles. Hoy en día es muy común servir en celebraciones las típicas botellas y botellines en barreños o cubos llenos de hielo, que además quedan muy vistosos.

Las bajas temperaturas del agua fría y los hielos se transmiten más rápidamente a las bebidas que en un congelador doméstico, donde reciben el frío por aire. Pero si además sumamos agua y sal, la capacidad de refrigeración de este sistema se multiplica.

Necesitarás:

  • Un recipiente amplio y resistente, preferiblemente de un material grueso.
  • Hielo.
  • Agua.
  • Sal común.

Llena el recipiente escogido de hielo y vierte abundante agua para cubrirlo y que permita introducir las bebidas sin desbordarse.

Añade un par de cucharadas soperas de sal y remueve todo con suavidad, mejor usando una cuchara de madera. A continuación, coloca dentro las bebidas y vuelve a remover. Espera unos 5-10 minutos, removiendo de vez en cuando, y comprueba la temperatura.

Las bebidas deberían haberse enfriado tanto como si estuvieran recién sacadas de la nevera, pero en un tiempo considerablemente menor. ¿Por qué ocurre este fenómeno? Todo es cuestión de química.

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Los iones de sodio y cloro de la sal consiguen descender el punto de congelación del agua muy por debajo de los 0º C. Al disolver la sal en el agua se produce una reacción endotérmica de absorción de la energía en forma de calor, potenciada por el movimiento que producimos al agitar el cotenido. En otras palabras, se absorbe el calor del refresco, pasando más rápidamente el frío del hielo a la bebida.

Si vas a organizar una barbacoa estos días, una comida en la terraza o si, simplemente, te has quedado sin sitio en la nevera para enfriar tus bebidas, prueba a poner en práctica este truco. Además de efectivo, es una buena forma de entretener a los invitados con un poco de ciencia, y puede ser una curiosidad divertida para los niños.

Fotos | Unsplash - Pixabay


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