Mientras la industria alimentaria de Reino Unido se enfrenta a problemas de suministro y otras consecuencias derivadas del Brexit, su gastronomía quiere cada más reivindicar sus productos propios. Si bien sus quesos sí gozan de notable reconomiento, la más reciente charcutería británica es una gran desconocida. Competir contra especialidades europeas no es tarea sencilla, sobre todo si el producto no está a la altura de sus homólogos continentales.
Las carnes curadas españolas e italianas son de las que más prestigio cosechan por todo el mundo, y en el mercado británico son también productos muy demandados, espeialmente entre consumidores más gourmet. Nombres como jamón ibérico, prosciutto, salame o bresaola son más que conocidos entre los británicos convertidos casi en una marca de garantía que suelen vender en tiendas especializadas o de importación.
Frente a esa fama lo tienen difícil los embutidos británicos, cuya producción ha sido mucho más reciente y a menor escala, imitando además en su mayoría a los europeos. Reino Unido no tiene tradición charcutera por pura lógica, ya que el clima extremadamente húmedo no es el más propicio para la curación; es ahora cuando se disponen de los medios para ello.
Con el objetivo de analizar la calidad de la charcutería nacional, la periodista gastronómica Xanthe Clay organizó una cata a ciegas de varios embutidos enfrentándolos directamente a sus equivalentes continentales. El jurado, formado por expertos en charcutería y carnes curadas con experiencia en el mercado europeo, debía determinar si el embutido británico se merece una oportunidad frente al prestigio del producto extranjero.
Una cata con sorpresas, pero nadie vence al jamón
El jurado cató a ciegas y valoró una selección de las carnes curadas más conocidas de España e Italia: jamón ibérico de cebo, coppa italiana, lomo curado, pancetta, salame picante y chorizo de bellota. A cada producto se le seleccionó una pareja equivalente de producción británica, lo más parecida posible al original, tanto en cualidades como en precio.
Lo curioso es que el jurado determinó como ganador al embutido británico en tres de las batallas, venciendo a los italianos en las categorías de pancetta y salame, y también a nuestro lomo de Teruel, que el jurado consideró "demasiado seco". La coppa, única vencedora del bando italiano, ganó por muy poco, pues parece que la imitación británica de Yorkshire ha conseguido acercarse mucho al original.
El que no tiene rival es el jamón ibérico, en este caso un Cebo de Campo 75%, a la venta en Reino Unido por 300 libras (unos 352 euros) la pieza. El sabor "un poco oxidado" del jamón de Sussex, de cerdos húngaros, no tenía ninguna posibilidad contra el fragante y sabroso ibérico. "Un paseo para los españoles".
Fotos | Unsplash
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