Esta es la única condición que exige Isabel Preysler en sus roscones para celebrar los Reyes Magos

Que en la familia de Isabel Preysler se vive al máximo la Navidad resulta obvio tras el visionado del especial producido por Disney+, estrenado a principios del pasado mes de diciembre. Nos quedamos con las ganas de curiosear en los menús y la verdadera celebración, ya que el rodaje se realizó meses antes, pero los más curiosos saben cómo estarán disfrutando del roscón en la casa de Puerta de Hierro.

Ignoramos también si la considerada como primera influencer española tiene un obrador de confianza, aunque apostamos a que se mantendrá fiel a su proveedor habitual como suele hacer con otros profesionales, por ejemplo con los dulces navideños de La Despensa de Palacio que vemos dedicar en forma de regalo a sus amigos y familiares. Lo que sí sabemos es que pone una condición indispensable para los roscones que sirve en familia.

Lo cuenta su hija Tamara Falcó en el segundo episodio de la miniserie documental, titulada 'Isabel Preysler: Mi Navidad' y coproducida por el gigante del ratón en España con Fremantle. Mientras ayuda a Ramona, la cocinera de la familia, a preparar mini soufflés de queso, cuenta delante de las cámaras que los Reyes Magos no se suelen celebrar en su familia, pero sí toman roscón “por un tubo”.

Relleno o no, y seguro que con su buena fruta escarchada tradicional, el roscón en casa Preysler debe estar repleto de sorpresas, para que todos los comensales que compartan una porción tengan regalo asegurado.

Así lo cuenta su hija: “Lo que me hace gracia del roscón es que mami pida que a todo el mundo le toque premio y que cada dos centímetros haya un premio”. Ramona ríe y replica que eso no puede ser, pero la joven lo confirma con firmeza. “Sí, es lo que pide ella. Porque le encanta que haya premios”.

Intuimos que el roscón principal que se sirva el Día de Reyes en la casa de Isabel Preysler no será pequeño, pero ahora también sabemos que el encargado de darle forma tiene que atiborrar la masa de regalitos. Quienes solemos hacer el roscón en casa sabemos que no es tarea fácil si se pretende que queden bien ocultos y sin deformar el rosco. Solo podemos imaginar cómo será y qué premios tendrá; probablemente en su casa no jueguen a ver a quién le sale la figura más estrambótica.