Estos utensilios están llenos de bacterias y es tan importante limpiarse la boca con ellos como mantenerlos higienizados
El cepillo de dientes es un lugar lleno de microorganismos que hay que mantener a raya: su presencia y persistencia en el cepillo no es recomendable, así que a la hora de usar el cepillo es importante tener en cuenta unos consejos.
Cepillarse los dientes es, de hecho, una tarea que se hace prácticamente desde los dos o tres años de edad, así que la dificultad de este necesario gesto cotidiano es bastante reducida.
Lo que no lo es tanto es el ritual que hay que seguir para que todo se desarrolle con seguridad e higiene, de manera que retirar los restos de comida de los dientes y la lengua sea una tarea efectiva.
Es popularmente conocido el elevadísimo volumen de bacterias que almacena un cepillo de dientes de por sí, superior incluso a los del inodoro, con unos 7 millones de estos microorganismos. Limpiar bien es la clave para echarlos.
Cepillar y lavar
Así, tras poner la pasta y cepillar durante dos minutos, basta con enjuagarse la boca con agua y sentir el frescor del lavado. Es en este momento cuando empieza un segundo lavado: el del propio cepillo.
Hay quienes piensan que basta con un agua sobre el cabezal para retirar la pasta y los restos de comida pero entre los usuarios de cepillos eléctricos es necesario ir más allá.
En concreto, es importante retirar el cabezal del cepillo del mango todos los días y limpiar a fondo la parte donde se acopla. Hay que ponerlo bajo el chorro del grifo y asegurarse de que no quedan restos de pasta ni de comida en esta zona.
Según aconsejan por ejemplo los expertos de Oral B, después de cepillarse, hay que enjuagar a fondo el cabezal del cepillo mientras el cepillo de dientes está encendido para minimizar los residuos de pasta dentífrica que puedan quedar en el cepillo entre usos.
Después de enjugarlo, hay que apagar el cepillo, retirar el cabezal del mango y limpiar ambas partes por separado bajo el agua del grifo. Después, es importante secar bien con una toalla suave esta zona de acople, de manera que no queden recovecos de humedad y esté todo seco, algo que no pasa con los cepillos convencionales que no tienen estas zonas que alberguen todavía más bacterias.
Sobre todo, quienes viven en una zona con agua dura, tienen que secar con un paño en lugar de dejarlo secar al aire.
Después, hay que dejar que el mango y el cabezal del cepillo antes de volver a juntar el cabezal con el mango. Para limpiar el cargador, hay que desenchufarlo, limpiarlo con un paño húmedo y dejar que la unidad se seque antes de usarlo.
Foto | Artur Stec
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