La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) detalla qué aspectos de este producto hay que valorar antes de comprarlo
El salmón ahumado es un pescado que cada vez está más de moda en la restauración y comida que se prepara en los hogares españoles, y que es muy consumido en nuestro país.
Más allá de ser un ingrediente solo reservado a los días festivos o de celebración, este producto es de consumo habitual gracias a su perfil nutricional y a sus grasas saludables.
Ahora la Organización de Cnsumidores y Usuarios (OCU) ha analizado en qué hay que fijarse a la hora de elegir una bandeja de salmón ahumado en el supermercado para acertar al máximo.
Para empezar, la organización recuerda que el salmón noruego, escocés e irlandés son de la misma especie atlántica. En muchos casos, el salmón que se destina a ser ahumado, se cría en piscifactorías, aunque también se pesca en el mar.
El salmón es un alimento muy rico en proteínas que representan una tercera parte de sus nutrientes y tiene un excelente aporte de vitaminas BID. No obstante, este producto tiene una excesiva cantidad de sal que es de hasta el 30% de la ingesta diaria recomendada por cada 50 g de producto.
El secreto está en los detalles
A la hora de elegir un buen salmón en el supermercado existen una serie de de detalles que deben llamarnos la atención para tomar la mejor decisión. En base al análisis realizado por la entidad, hay que pasar revista distintos aspectos desde el etiquetado hasta los posibles defectos y la frescura del producto.
En general, se tiene que tener en cuenta la carne, la homogeneidad de las lonchas y la grasa en los bordes: es decir, que estas no sean muy pequeñas o muy gruesas, y que tengan un tamaño más o menos similar.
También hay que saber que el color que presenta el envase depende normalmente de los colorantes naturales que se le añadan a su alimentación y no refleja la calidad del producto.
Asimismo, es importante valorar la cantidad de grasa en cada una de las piezas visible en la untuosidad de estas y con natural a este tipo de pescado. Afortunadamente, es una grasa cardiosaludable. La grasa en los bordes hace el producto más feo, pero no es peor.
Asimismo, la presencia de lonchas rotas nos indica que cuando el salmón está muy blando, se corta peor. En cuanto a los restos de piel, señalan una mala limpieza del salmón.
En general, la carne debe parecer firme y jugosa, no seca y demasiado blanda, siendo esta la característica más destacada de entre todas las anteriores.
Foto | Matthew Osier/Pexels.
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