Más de 7.000 productos alimenticios están siendo retirados del mercado en Francia por la elevada presencia de óxido de etileno, una sustancia prohibida en la Unión Europea por su alta toxicidad y riesgos carcinógenos. El proceso comenzó en septiembre de 2020, cuando las autoridades sanitarias belgas informaron a la UE de haber detectado la sustancia en semillas de sésamo importadas de la India.
El aviso se hizo a través de la red de alerta europea (RASFF), lo que inició una serie de medidas con carácter urgente debido a que los residuos encontrados eran muy superiores al límite máximo de 0,05 mg/kg de óxido de etileno establecido en por el Reglamento (CE) 396/2005 del Parlamento Europeo y del Consejo, poniendo en riesgo la salud de los consumidores.
Como ya informó la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) el pasado mes de noviembre, en octubre de 2020 la Comisión Europea aprobó un nuevo Reglamento de Ejecución (UE) 2019/1793 en lo relativo a las semillas de sésamo originarias de la India.
Desde entonces, se han retirado del mercado en toda Europa tanto los lotes de semillas inicialmente afectados como alimentos elaborados con ellas. La investigación del origen de la contaminación sigue abierta y mientras tanto se han localizado residuos también en alimentos fabricados con otras sustancias procedentes de la India, como cilantro, como goma guar, especias o psyllium, que se emplean habitualmente en la elaboración de productos como helados, galletas, chocolates, salsas, embutidos o dulces.
Como señala el tecnólogo de los alimentos Miguel Ángel Lurueña, la elevada cifra de productos retirados en Francia difundida por el diario Le Figaro es muy llamativa porque afecta a alimentos muy variados y precisamente muy actuales por estar asociados al consumo veraniego -muchos de ellos son helados y similares-, pero estas retiradas son frecuentes en la UE y no suelen trascender en prensa cuando no es necesario para el consumidor.
"Helados, pan, aperitivos... más de 7.000 productos retirados del mercado por sustancias cancerígenas". Algunas personas me han escrito preocupadas por esta noticia que llega de Francia. Os cuento más en este #hilo 👇👇 https://t.co/9OPyABcj0v
Qué es el óxido de etileno
El óxido de etileno (ETO u oxirano) es un gas inflamable derivado del petróleo que se emplea mayoritariamente en la fabricación de polímeros, plásticos, anticongelantes o poliéster. En otras industrias se utiliza en pequeñas cantidades como plaguicida para controlar la aparición de insectos o evitar el moho en el almacenamiento de alimentos o productos agrícolas.
Pero es una sustancia muy tóxica, clasificado como un mutágeno de categoría 1B, un carcinógeno de categoría 1B y un tóxico para la reproducción de categoría 1B. Su uso está prohibido en la Unión Europea y no se permite su presencia en los alimentos por el potencial riesgo que supone su exposición o consumo.
En Europa no se puede utilizar, pero existe el riesgo de que se introduzcan en el mercado europeo ingredientes o productos contaminados procedentes de otros países, como ha ocurrido en el caso de la India. Para evitar riesgos, en la UE se establecen reglamentos y medidas para controlar todos los productos importados, y la normativa se revisa constantemente.
Las nuevas condiciones para la importación de semillas de sésamo obligan a que deben estar acompañadas de un certificado oficial que asegure que han sido objeto de muestreo y análisis, y se ha aumentado la frecuencia de controles.
Por el momento las autoridades sanitarias españolas no han emitido ningún comunicado en relación a la alerta francesa que pueda afectar a nuestro país. Desde el aviso de las autoridades belgas, todos los estados miembros están trabajando en localizar posibles productos afectados antes de que lleguen al mercado, y la investigación sobre el origen de los residuos iniciales sigue abierta.
Foto | Pixabay
En Directo al Paladar | Por qué cuesta tanto comer saludable, según Miguel A. Lurueña: “Comer bien no es caro, pero comer mal es muy muy barato”
En Directo al Paladar | Encuentran unas gafas en una bolsa de patatas fritas: la empresa se lo toma a broma, pero es un fallo grave de seguridad alimentaria