Quién es el 'gastrojeta' de Alicante: lleva 18 detenciones por comer de gorra (y en la última se ha zampado un entrecot y 4 L de sangría)

Desde el pasado mes de noviembre lleva Aidas J., lituano de 50 años, haciendo del 'simpa' su modo de vida. Tras ser detenido en las pasadas Hogueras de Alicante después de cometer su última estafa es un establecimiento de hostelería, el que ya es conocido como el 'gastrojeta' acumula 18 detenciones policiales por negarse a pagar la cuenta de sus consumiciones. O, más bien, de banquetes que disfruta sin pudor.

Tal y como recoge la prensa local, el último golpe de este curioso personaje se produjo el pasado jueves en una barraca de la zona de Las Ramblas, durante las fiestas de San Juan que tienen lugar en la ciudad alicantina. Tras dar buena cuenta él solo de una ensalada, un entrecot y cuatro litros de sangría, demostró que no tenía ninguna intención de pagar los 82 euros que el personal del local le reclamaba como importe de su cuenta.

En esta última ocasión, el ya veterano 'simpa' se limitó a esperar a que llegara la policía, quienes no tardaron en reconocer al sospechoso, conocido en la ciudad con el mencionado apodo de 'gastrojeta'. Los agentes le trasladaron a dependencias de la Policía Nacional, y horas más tarde fue condenado por el juzgado de Instrucción 9 de Alicante por un delito leve de estafa a una multa de 900 euros y al pago de los 82 euros que dejó pendientes.

Al carecer de medios económicos para afrontar el pago, Aidas ingresó en prisión durante permanecerá en principio durante un mes y medio cumpliendo condena. Según fuentes consultadas por el diario Información, el condenado se defiende alegando que carece de ayudas sociales y que, simplemente, no tiene trabajo ni dinero para poder pagarse la comida. Así pues, sin esconder su comportamiento, se dedica a comer y cenar donde le apetece sin ninguna intención de pagar la cuenta.

Tampoco parece muy interesado en huir o de ocultar su modus operandi, ni se suele contener a la hora de pedir platos y bebida. Aunque esta vez se limitó a esperar a que llegaran las autoridades tras el aviso del local, en otras ocasiones ha fingido desmayos para ser evacuado sin tener que enfrentarse a la cuenta. Según relatan diversos hosteleros afectados, la buena apariencia del hombre no les hace sospechar en un principio, pues a pesar de no hablar español podría pasar por cualquier turista de los muchos que acoge Alicante todo el año.