La tercera edición de ‘Gastronomía es femenino’ ha puesto el foco en el papel de la mujer dentro del relato gastronómico, entendido en su sentido más amplio. Porque la gastronomía es parte de la identidad cultural española y también un pilar básico de su economía, y a ella contribuyen miles de mujeres de todos los ámbitos, desde chefs y sumilleres hasta trabajadoras de la comunicación, marketing, turismo, agricultura o industria.
Organizado por Mujeres en Igualdad y la Federación de Asociaciones de Cocineros y Reposteros de España (Facyre), el encuentro se ha concebido como una puesta en común de ideas y conocimientos, dando voz y visibilidad a la mujer en un mundo en el que tradicionalmente siempre ha permanecido en un segundo plano. La situación está cambiando pero, ¿cómo se refleja el empoderamiento femenino en la gastronomía? ¿Cuáles son las claves para alcanzar una igualdad real?
La cocina en el hogar ha estado siempre ligada a la figura de la mujer, y todavía hoy cuesta superar ese cliché. Si han sido las mujeres quienes han llevado sobre sus hombros la alimentación de la familia y también del pueblo en los tiempos más difíciles, sacando pucheros de donde no había nada, ¿por qué en la historia de la gastronomía solo nos llegan protagonistas masculinos?
Es irremediable pensar en la sacrosanta Guía Michelin y el escaso número de figuras femeninas que aparecen liderando restaurantes. El panorama está cambiando poco a poco, pero todavía hay un abismo en términos de igualdad y muchos retos que superar. Los números no engañan, los hombres siguen acaparando titulares, galardones, estrellas y reconocimiento mediático, mientras que la mujer que triunfa cocinando se ve aún como una anécdota.
Con este planteamiento ha arrancado esta tercera edición de un foro que cada vez busca ampliar las voces femeninas para reflexionar sobre todo el discurso de la gastronomía, entendida como un fenómeno global. Carmen Fúnez, presidenta de Mujeres en Igualdad, resaltaba la importancia que tiene el sector gastronómico en nuestro país, como pasado, presente y futuro, un futuro que será inviable sin invertir en políticas de igualdad.
Son muchas las mujeres que impulsan la hostelería, el turismo, la agricultura, la pesca o la industria alimentaria; y solo en un entorno igualitario se podrá avanzar hacia un futuro competente que garantice el estado de bienestar. Y para ello hay que normalizar la presencia y la profesionalización femenina en todos los ámbitos.
Ni cuotas ni discriminación positiva: romper con la tradición heredada
En el contexto social actual es habitual que se pregunte a las mujeres que triunfan por qué todavía son ellas la excepción. Es difícil explicar por qué sigue habiendo tan pocas estrellas Michelin con nombre femenino, reconoce Teresa Gutiérrez, chef y propietaria del restaurante Azafrán de Villarrobledo. La respuesta puede estar, en parte, en el pasado, "antes la mujer se quedaba detrás en todo", todos esperaban que ellas se encargaran de cocinar, recoger y limpiar.
Yolanda León, chef y copropietaria de Cocinandos, restaurante de León con el que ha conseguido junto a su marido Juanjo Pérez una estrella Michelin, difiere un poco. "No es tanto problema de la tradición sino de la educación que se nos ha dado como mujer y las obligaciones familiares". La conciliación es la clave, el apoyo de la pareja y de la familia, no presuponer que una mujer es primero madre o esposa.
Al mencionar las cuotas de paridad o políticas de discriminación positiva, las chefs lo tienen bastante claro: solo contribuyen a excluir aún más. Cristina de la Calle, sumiller del restaurante Etxeko de Madrid, defiende que la mujer está sobradamente preparada para asumir puestos de responsabilidad -liderar una empresa no difiere mucho de dirigir un hogar-, pero debe atreverse a dar el paso.
Coincide en estas ideas María Salinas, chef y propietaria del restaurante homónimo de Palma de Mallorca, que lleva con su hija. Se han logrado importantes avances pero "todavía queda mucho por hacer". Sin embargo, Salinas cree que el objetivo debe ser romper con los discursos de igualdad, no separar ni discriminar. Solo cuando el papel de la mujer esté totalmente normalizado, habremos alcanzado esa igualdad.
Para lograr esa normalización, señala de la Calle, es imprescindible también apostar por la profesionalización que capacite a la mujer con todas las herramientas necesarias para hacerse valer. "Hay que exigir al sector profesionales formados en escuelas de hostelería con títulos homologados que aporten esa visibilidad necesaria".
Y la renovación generacional también será clave. Solo mediante una educación que normalice y asuma la igualdad podremos superar la brecha de género.
Las voces femeninas encuentran nuevas vías de comunicación
El mundo de la cocina profesional es solo una pieza de todo el engranaje que da forma al sector gastronómico en nuestro país. La llegada de internet y la eclosión de las redes sociales han abierto nuevas vías para la comunicación, una democratización que las mujeres han sabido aprovechar.
Ya el papel de la crítica gastronómica no recae solo en los cinco nombres masculinos de siempre; los medios digitales, blogs y redes sociales han dado la oportunidad a nuevas voces, muchas femeninas, para participar en el relato y ofrecer su punto de vista, compartiendo experiencias y conocimientos. Así lo ve Mapi Hermida, directora de comunicación y periodista, que cree que las mujeres "en redes tomamos nosotras más la voz y la iniciativa, interactuamos más".
Nuestra compañera María Llanos, Directora Editorial de Directo al Paladar, con una larga experiencia en comunicación del sector, destaca que las mujeres se han hecho hueco así en el panorama gastronómico logrando una visibilidad alternativa, buscando sus propias vías de expresión. En redes sociales como Instagram, parece haber una mayor presencia de mujeres que además conectan más con el aspecto visual, cuidando mucho más la estética.
De esta forma, los nuevos medios sí parecen estar dando a la mujer esa visibilidad que cuesta más en la alta cocina profesional. ¿Y el papel de la televisión? Además de haber convertido la cocina en todo un fenómeno popular, las cadenas procuran cuidar en cierta manera la paridad, si bien esa presencia femenina "no es proporcional, no refleja la realidad cotidiana", afirma Llanos.
Y precisamente concluye que los medios, tradicionales o digitales, tenemos la responsabilidad de destacar la presencia de la mujer y atraer la atención del público. Los profesionales de la comunicación sí deberían asumir cuotas para prestar la misma atención a hombres y mujeres.
"Tenemos que estar pendientes y contar todo tipo de historias que merezcan ser contadas, los grandes relatos y las pequeñas intrahistorias, estén protagonizadas por chefs famosas o mujeres anónimas."
Fotos | Unsplash Restaurante Azafrán
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