El Gobierno reclama a la industria "prácticas informativas leales" al etiquetar los alimentos “sin gluten” y “sin lactosa”

La Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN), en colaboración con los ministerios de Consumo y Sanidad, ha publicado una nota informativa para aclarar el uso de las menciones "sin gluten" y "sin lactosa" en el etiquetado de alimentos. Es una respuesta a ciertas malas prácticas por parte de algunas empresas, que juegan con la interpretación de la normativa para destacar sus productos insinuando que son más saludables, confundiendo al consumidor y perjudicando a la competencia.

El etiquetado de los alimentos está actualmente regulado bajo el Reglamento 1169/2011 del Parlamento Europeo, en el que se recoge un listado de 14 alérgenos de declaración obligatoria, entre ellos cereales que contengan gluten, lácteos y derivados, incluyendo lactosa. Esto permite al consumidor que sufra alguna patología concreta, sea alergia, sensibilidad o intolerancia, elegir correctamente los productos de forma segura para su consumo.

La información alimentaria debe ser honesta con el consumidor y la competencia

La norma recoge además la posibilidad de incluir información voluntaria, que atañe particularmente al etiquetado preventivo en materia de alérgenos y sustancias afines.

Así, el Reglamento de Ejecución 828/2014, incluye la posibilidad de informar de forma voluntaria sobre la ausencia o presencia reducida de gluten, pero siempre debe hacer conforme al artículo 7 del Reglamento 1169/2011, que trata sobre las prácticas informativas leales:

  • La información alimentaria no inducirá a error, ni sobre sus características propias ni insinuando o sugiriendo que pueda tener propiedades especiales por la ausencia o presencia de determinadas sustancias comunes a otros productos similares.
  • La información alimentaria será precisa, clara y fácil de comprender para el consumidor.

El problema es que, ante la avalancha de productos sin gluten y sin lactosa que ha experimentado el mercado en la última década, la libre interpretación de la norma ha llevado a muchas empresas a no respetar ese principio de prácticas informativas leales, que además perjudican al consumidor, pues solo confunden. La industria alimentaria también sigue las modas.

Como bien explicaba hace un tiempo la experta en seguridad alimentaria Beatriz Robles, menciones ya habituales como "leche sin gluten" o también "horchata sin lactosa" son malas prácticas de marketing deshonesto, que la AESAN señala además como competencia desleal.

Solo se puede mencionar que un alimento carece de gluten o lactosa cuando realmente tiene sentido

Se hace hincapié en que solo se pueden incluir las menciones “sin gluten”, "muy bajo en gluten" o "sin lactosa", en alimentos elaborados específicamente para reducir o eliminar el contenido de dichas sustancias, o para sustituirlos por otros ingredientes exentos de forma natural. Los alimentos que de forma natural carecen de gluten o lactosa, solo pueden incluir estas menciones cuando no todos los alimentos similares posean esa misma característica.

La nota informativa pone un ejemplo algo desafortunado, al mencionar los embutidos o salsas como "alimentos exentos de gluten de forma natural", pero entre los que algunos sí pueden incluir cereales con gluten (como ocurre con multitud de carnes procesadas y salsas industriales). Aquí entraría la problemática de la posible presencia o no de trazas, cuya regulación sigue pendiente por parte de la UE, ya que a día de hoy no es obligatorio incluirlas, quedando al criterio del fabricante.

Lo que está claro es que se busca perseguir la práctica deshonesta de insinuar que un producto es más saludable o mejor solo por carecer de tener gluten o lactosa, cuando todos los demás alimentos de la competencia poseen las mismas características, como por ejemplo la miel, el zumo, el aceite o la misma leche. O, en casos ya extremos y absurdos, el agua.

Recordemos que ni el gluten ni la lactosa son perjudiciales por sí mismos, salvo para personas alérgicas, intolerantes o con sensibilidad, y que existen multitud de ultraprocesados insanos también sin estas sustancias. Cuanto menos procesado esté un alimento (la llamada "comida real"), menos probabilidades hay de que cuente con la presencia de alérgenos.

Fotos | iStock
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