Los grandes supermercados españoles ya prevén subidas de precios por la crisis en el Mar Rojo

Cualquier conflicto allende los mares puede desatar un efecto mariposa en nuestro pequeño mundo doméstico, y así sucede, cada vez más, en un planeta que está globalizado y donde tiene tanta importancia lo que sucede en China como en Sevilla.

No era un hecho imprevisible que la tensión en el Mar Rojo afectaran de forma directa a España de muchas maneras diferentes, la última, en el bolsillo por el encarecimiento de los productos.

Este nuevo y previsible efecto ha sido advertido ahora en un comunicado por los grandes supermercados y empresas españolas integrados en la Asociación de Fabricantes y Distribuidores (Aecoc), entidad que agrupa 33.000 compañías españolas como Mercadona, Eroski y El Corte Inglés.

Esta agrupación ha advertido de que la crisis en el Mar Rojo ya empieza a notarse en la cadena de valor del gran consumo al forzar a las navieras a redirigir sus buques por otras rutas alternativas al Mar Rojo por donde pasa el 15% del comercio marítimo mundial.

Estas rutas alternativas son mucho más largas y costosas (hasta tres veces más), especialmente al tener que rodear África entera, lo que aumenta en casi diez días la duración de la travesía, y el coste pasar de 1.000 a 3.000 euros por contenedor.

De hecho, las empresas avisan de que esta variación en las rutas no tiene otra consecuencia que la de encarecer el precio final del producto si esta situación se mantiene en el tiempo. Según avisan, el sector vive con preocupación una situación que, si dura demasiado, podría “llegar a repercutir en el precio final del producto, agudizando el contexto inflacionista”.

Contra este escenario, algunas empresas están acelerando sus compras de materias primas y de mercancías en general, una solución que busca garantizar que la cadena de suministros no tenga falta de abastecimiento.

Según alertan, esta situación es especialmente significativa para las empresas que se dedican a fabricar y distribuir alimentos, textil, moda y bricolaje, así como bienes de consumo, entre otras.

Otra variable en esta situación geopolítica es la celebración del Año Nuevo Chino, que arranca el 10 de febrero y que aumenta tradicionalmente la demanda, tensionando todavía más el transporte marítimo mundial.

Asimismo, esta situación se sumaría a la escalada inflacionista que hace meses que se vive en Occidente, con aumentos importantes en la cesta de la compra que impiden a muchas familias comprar con normalidad.

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