Vacas mutantes para soportar el calor provocado por el cambio climático, la esperanza de los ganaderos

La sequía y las altas temperaturas que cada año parecen batir más récords en todo el mundo no afectan solo a la vida humana y el medio natural. Los animales también sufren el calor extremo continuado, y eso incluye al propio ganado del que dependen millones de personas en todo el planeta. Las vacas, concretamente, empiezan a sufrir los efectos a partir de los 25º C, provocando una disminución de su productividad de leche y llegando, incluso, a la muerte.

El estrés térmico que debe soportar el ganado reduce el consumo de alimento en el animal y también el peso, la producción de leche y la eficiencia de la cría, afectando así tanto al ganado destinado a carne como, sobre todo, a las vacas lecheras. En 2022, en apenas dos jornadas de calor intenso y severa humedad en Kansas (Estados Unidos), murieron unos 10.000 animales, y no parece que la situación vaya a mejorar en un futuro próximo.

El sector deberá adaptarse al nuevo panorama además de hacer frente a la propia sequía y escasez de alimento, y una solución podría estar en la propia cría de las vacas. Si en agricultura se está trabajando para desarrollar variedades que soporten el calor extremo y la escasez hídrica, también hay ganaderos criando animales mejor adaptados.

La mutación genética del pelo corto

La conocida como mutación del pelo corto o slick hair es un fenotipo de ganado bovino que se caracteriza por el aspecto de su pelaje. Son vacas con una densidad baja de folículos pilosos en todo el cuerpo, de pelo particularmente corto y de aspecto suave, liso, casi resbaladizo (slick). Y esta particularidad no es solo física, pues hace que sean especialmente resistentes a las altas temperaturas.

Es una mutación producida de forma natural a través de la adaptación al propio medio, manifestada sobre todo en animales criollos y sudamericanos. Su origen procede de las vacas mediterráneas que llegaron a América desde los primeros viajes de Cristóbal Colón, continuados a través de las rutas comerciales y colonizaciones europeas. La hipótesis que más sostienen los estudios científicos es que la mutación se produjo de forma múltiple mediante eventos independientes, por mecanismos de selección natural y artificial, adaptando al animal con ventajas de supervivencia superiores al fenotipo previo silvestre.

Las vacas con esta mutación están mejor adaptadas al calor extremo

Las vacas, como todos los mamíferos, tienen la capacidad de producir leche, desarrollan pelo en todo su cuerpo y son capaces de regular la temperatura corporal (homeotermia), a diferencia de, por ejemplo, los reptiles. Y sabemos que son características ligadas bioquímicamente entre sí. Es decir, el cambio de una de esas capacidades afectará a las otras dos.

Vacas lecheras condenadas por su propia capacidad productiva

En la Vaquería 'El Remanso', cerca de San Juan de Puerto Rico (Estados Unidos), las vacas muestran claramente un pelaje distinto al de cualquier explotación ganadera común europea o norteamericana. Parecen, como describe Katherine Rapin en Nexus Media News, recién afeitadas, como salidas de la peluquería. Su cuerpo tiene un aspecto de ser muy suave al tacto, casi sedoso.

Son vacas que su dueño, Rafael López-López, lleva décadas criando animales con la mutación genérica slick hair, y lo hace a conciencia. Ese particular pelo corto y poco denso confiere a sus animales la capacidad de regular mejor su temperatura corporal, manteniéndola baja cuando el calor aprieta. Son vacas con glándulas sudoríparas más activas y eficientes, que protegen al animal de las condiciones extremas.

Cuanta más leche produce una vaca, más energía consume y más calor genera

Paradójicamente, tras décadas de seleccionar ganado para que aumente la producción lechera en todo el mundo, hemos provocado que se vuelvan mucho más susceptibles al calor. Una vaca que produce más leche necesita comer más y metabolizar el alimento más rápido, consumiendo más recursos de su organismo, y por tanto elevando más su temperatura. Si las condiciones climáticas suman aún más calor, el animal sufre estrés térmico y puede afectar a su sistema inmune, haciéndolas más sensibles a contraer enfermedades.

Los ganaderos y la industria son conscientes de este problema. Cada año, con la llegada de los meses cálidos, las olas de calor extremas y continuadas afectan a miles de animales en Estados Unidos, Europa y ya medio mundo. Los productores intentan paliar esos efectos con métodos físicos de todo tipo, recurriendo incluso a ventiladores o, quien puede permitírselo, a acondicionar térmicamente las instalaciones. Pero las pérdidas no dejan de crecer temporada tras temporada.

No ocurre así en El Remanso, donde, a pesar del notable calor diario y la elevada humedad, las vacas parecen lozanas y saludables, cumpliendo con las previsiones de producción lechera sin problemas.

La mutación natural contra el cambio climático

Como señalan en Revista Genética Bovina Colombiana, se han localizado hasta el momento unas seis razas con la mutación slick, como la vaca Romosinuano, Blanco Orejinegro, Limonero, Carora y Senepol. Pero es la Holstein la que más interesa a los expertos.

Tradicionalmente, la vaca Holstein de origen neerlandés ha sido la preferida para la industria láctea, pues es una raza con una alta capacidad productiva de leche en términos de volumen. El problema es que los Países Bajos es una región templada con veranos poco calurosos, al menos hasta fechas recientes.

Vacas más sanas, más productivas y más fértiles

Sin embargo, la vaca Hosltein con mutación de pelo corto es capaz de mantener su temperatura corporal más baja y resiste mejor a condiciones extremas, sin que se vea tan afectada su fertilidad o resistencia a enfermedades. Siguen produciendo una gran cantidad de leche incluso en los días más calurosos, como confirma López-López. Y se reproducen con más facilidad.

Experiencias como la de esta y otras vaquerías puertorriqueñas están abriendo esperanzadoras líneas de investigación en la comunidad científica. Aunque todavía hay que determinar qué mutaciones de qué razas se adaptan mejor a las condiciones de cada región concreta, es una estrategia prometedora para paliar los efectos del cambio climático en la economía de muchos países, no solo en el Trópico.

Criar animales capaces de resistir en un planeta cada vez más cálido, sin mermar su producción de leche o capacidad reproductiva, será mucho más efectivo que adaptar las instalaciones o el medio de ese mismo ganado. Y ha sido la propia naturaleza la que ha tomado la iniciativa para defenderse de un problema que hemos creado los seres humanos.

Historia del cambio climático/ History of Climate Change (Divulgación Científica)

Fotos | Vaquería El Remanso - USDA - LID - jcomp - wirestock - aleksandarlittlewolf
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