Huevos de cucaracha: cómo reconocerlos y cómo eliminarlos

Estos insectos son capaces de reproducirse rápidamente y su presencia es totalmente indeseable en cualquier rincón de la casa

Aunque en algunas zonas parece que el calor del verano no acaba de cuajar, lo cierto es que el ascenso de las temperaturas empezó antes de lo normal, lo que provocó que las plagas empezaran a campar a sus anchas.

Una de las plagas que más angustia genera en la mayoría es la de las cucarachas que, al presentarse en casa, genera sensaciones entre el horror y el asco.

Además, estas se mutliplican por momentos, de manera que el hecho de descubrir un ejemplar es la constatación de que tenemos un problema en casa o de que este esta, efectivamente, por venir.

El gran inconveniente es su velocidad de reproducción, pues las cucarachas sueltan sus huevos en grandes puestas que tardan menos de dos meses en eclosionar con una treintena de ejemplares por puesta en función del tipo de cucaracha.

Las más comunes son la americana (la de mayores dimensiones) y la alemana (más pequeña y común en las cocinas), y esa es su velocidad de reproducción, de manera que resulta crucial saber atajar el problema.

Cortar el ciclo

Al constatar la presencia de uno de estos desagradables insectos, el siguiente paso es, forzosamente, limpiar a fondo para eliminar los huevos y excrementos de estos bichos.

Localizar sus nidos es crucial para evitar que el problema de nos vaya de las manos y para ello es fundamental saber reconocerlos: los huevos se albergan en una especie de cilindros marrones de pequeñas dimensiones (no llegan a los 7 milímetros). Estos depósitos se llaman ootecas y son de color ocre.

Por lo general, se sitúan en zonas calientes y húmedas, por lo que son ideales las grietas, zonas cercanas a enchufes donde se alcanza cierta temperaturas y cajones del baño y la cocina.

Alrededor de estos suele haber más presencia y concentración de excrementos de las cucarachas, identificándose con unas pequeñas motas negras.

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De encontrarlos, hay que retirarlos inmediatamente con un paño húmedo o papel de cocina y lavar a conciencia la zona con lejía, de forma de que se desinfecte todo el perímetro.

Foto | Srattha Nualsate/Pexels.

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