"Parece un episodio de La que se avecina”, dice uno, mientras otro bromea con que la cadena pondrá su coche en venta en el bazar
La cadena de supermercados Lidl ha sorprendido a los vecinos de una tranquila escalera en un barrio residencial, presentándose de una forma inusual: con obsequios dejados en la puerta de cada apartamento.
Al llegar a sus casas, los residentes encontraron bolsas llenas de productos de diferente tipo, como chocolate negro, café y mermelada de melocotón, con una nota de bienvenida en la que se les invitaba a disfrutar de los sabores y la calidad que el supermercado ofrece.
La iniciativa, a simple vista, parece un gesto de cortesía por parte de la empresa, que ha abierto una nueva tienda en los bajos del edificio. Sin embargo, para algunos vecinos, la amabilidad tiene un trasfondo menos dulce.
Uno de los vecinos, Santi Espasa, no ha podido evitar cuestionar las verdaderas intenciones detrás del despliegue de Lidl y de su regalo, que le parece un inquietante gesto lleno de intenciones ocultas.
Según él, este generoso obsequio es un primer paso para ganarse la simpatía de la comunidad y justificar lo que realmente les preocupa: el uso del aparcamiento compartido entre los residentes y los clientes del supermercado.
“Lidl nos calla con un regalito”, dice en su vídeo, en el que explica que acaba de llegar a casa y ha comprobado que la cadena alemana ha dejado colgado en cada pomo de cada puerta una bolsa.
Esta acción, según relata, ha ido acompañada de un cartel informativo en el ascensor en el que la empresa informa al vecindario de que en un tiempo el parking del edificio se convertirá en un Lidl, lo que le hace al usuario preguntarse dónde dejarán ahora el coche los vecinos.
Directo al ascensor
Además, le inquieta que en este aparcamiento hay ascensores que suben directamente hasta las puertas del edificio. El usuario insiste en que esta bolsa es un regalo envenenado a cambio de quitarles el lugar donde aparcaban.
Entre los comentarios, muchos aseguran que no debe tratarse de un aparcamiento privado, en cuyo caso sería imposible que la empresa lo ocupara sin más, de manera que le reprochan al autor del vídeo que se queje del uso de un espacio que no es de su propiedad y de la falta de información de esta acusación hacia la cadena.
“Deduzco que no sois propietarios”, dice uno, mientras que otro bromea con que a estos vecinos les han “quitado” el parking por siete euros (del coste de cada bolsa).
Otro añade que este vídeo parece un “episodio de La que se avecina”, y otro ríe de que este hombre podrá ir al Lidl en ascensor. “¿El coche lo podrás sacar o lo venderán en la sección de bazar de Lidl?”, remata otra.
Foto | Joana Costa
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