La última polémica de tintes gastronómicos destada en Twitter viene reforzada con carga lingüística, un tema que despierta no pocas sensibilidades en nuestro país. El debate nacía a última hora del pasado domingo, cuando un usuario compartía con indignación que la hamburguesería Vicio de Barcelona no tenía carta disponible en catalán, y tampoco hoja de reclamaciones. Pero lo que más está viralizando el tweet es el haber recurrido al 112 para dejar constancia de su protesta.
Así, el tuitero Xavier Dengra i Grau (@xavidegr) informaba ayer en su cuenta que el local que la startup Vicio, nacida como restaurante puramente digital de la mano de Aleix Puig, ganador de MasterChef 7 y con una reciente apertura física en el centro de Barcelona, no solo carecía de menú escrito en catalán, sino que tampoco pudieron facilitarle la hoja de reclamaciones, que cualquier servicio público está obligado a facilitar a los consumidores que la soliciten.
«Vicio» de la Via Augusta 21, Barcelona.
— Xavier Dengra i Grau (@xavidegr) July 10, 2022
Sense la carta en català, hem demanat el full de reclamacions i no el tenien. Hem fet cridar els @Mossos: després de >30 min esperant i 2 trucades al @112 no s'han presentat. Acabem de marxar.
Desprotecció total.
Quina merda de país. pic.twitter.com/3RLdbKN0Sm
"Vicio de la Vía Augusta 21, Barcelona. Sin la carta en catalán, hemos pedido la hoja de reclamaciones y no la tenían. Hemos tratado de llamar a los @Mossos: después de > 30 min esperando y 2 llamadas al @112 no se han presentado. Acabamos de irnos. Desprotección total. Qué mierda de país."
Lejos de pretender desistir en su protesta, el usuario y sus acompañantes decidieron contactar con las autoridades pertinentes, que en el caso de Barcelona corresponde a los Mossos, pero ante la falta de respuesta pasaron a contactar con la Guardia Urbana de la ciudad. Al comunicarle esta que no es materia de su competencia, se le derivó al 112, por lo que finalmente intentaron así solicitar la asistencia de los servicios de emergencia.
El llamativo caso ha desatado, como era de esperar, respuestas de todo tipo, desde comentarios jocosos a otros más directamente ofensivos, pero también de tuiteros catalanes defensores de su lengua que empatizan con Dengra.
Lo cierto es que, según la normativa vigente establecida por la Ley de política lingüística, tal y como recoge la publicación de la misma en el BOE, el restaurante debe poder ofrecer sus servicios en catalán:
Las empresas y los establecimientos dedicados a la venta de productos o a la prestación de servicios que desarrollan su actividad en Cataluña, sin excepción (...), que deben tener los documentos de oferta de servicios al menos en catalán (art. 32.3).
Cualquier cliente tiene por tanto derecho a protestar por ello, y también tiene derecho a solicitar la hoja de reclamaciones, obligatoria en todo el territorio nacional. De no disponer de ella, el usuario puede solicitar la asistencia de la policía para que deje constancia de ello.
El motivo por el que más se está viralizando el asunto, que no deja de ser anecdótico, es el haber contactado finalmente con los servicios de emergencias a través del número 112, siendo el propio Dengra quien reconoce en otro tweet que dichos servicios tienen otras prioridades, y fue su último recurso al no recibir asistencia por otros medios.
Todo para que, finalmente, no se presentara ninguna autoridad competente y se marcharan sin hacer oficial la queja. Aunque recordemos que siempre se puede poner una reclamación en Consumo posteriormente, sin necesidad de recibir ningún formulario especial. Es suficiente con elaborar un escrito exponiendo los datos relativos al reclamante y al reclamado, los hechos y lo que se solicita.
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