A las puertas de la final queda poco lugar para la -escasa- innovación en MasterChef, que sigue su habitual guion a rajatabla, incluyendo los chefs invitados que casi son personajes recurrentes del show. En la primera prueba del programa, el concurso ha recibido la visita de un clásico del programa: el gran Martín Berasategui.
Mientras España jugaba la prórroga de la semifinal de la Eurocopa, el cocinero donostiarra y los aspirantes del programa han repetido la palabra "garrote" 28 veces (y no es una cifra al azar, lo hemos contado). Aún así han sido menos que los 45 ingredientes y 53 pasos de la gelée de bacalao ahumado y caviar con encurtidos que han tenido que replicar los concursantes siguiendo las instrucciones del maestro.
El plato era muy difícil, pero, más allá de pequeños errores, Arnau y, sobre todo, Fran, ha hecho una réplica bastante apróximada, y con el pin de la inmunidad todavía en su delante, despunta claramente como el favorito del programa.
Sevilla tiene un olor especial
En la prueba de promoción turística, el concurso ha celebrado su particular Feria de Abril (que otro año más tuvo que posponerse) en el Real Alcázar de Sevilla. Ya en su día la visita se llevó no pocas críticas en las redes sociales cuando se avistaron a los jueces paseando en carro de caballos luciendo Samantha el traje de sevillana.
Allí los concursantes han tenido que preparar un menú diseñado por Dani García -que es ya compañero de negocios del programa-, formado por algunos platos ya clásicos del chef marbellí. Obviamente, aunque andaluz, poco tenían que ver con lo que se come en Sevilla y menos durante la feria, por lo que al final la prueba carecía un poco de coherencia.
- Ajoblanco malagueño con tomate nitro blanco de anguila ahumada. Una versión más compleja la de antigua sopa fría malagueña para la que el chef no se resiste a incluir su famoso tomate nitro, esta vez en versión blanca. Lo completa además una mousse de anguila ahumada y un gel de caramelo de pimiento asado.
- Anchoas con trufa y sauco. Otro clasicazo del cocinero que repite allá por donde va, más fácil de replicar en casa utilizando buenas conservas y prescindiendo de la flor que luce más una función estética que gastronómica.
- Urta frita a la roteña. El pescado ya limpio y cortado se pasa por clara de huevo antes de enharinarlo y freírlo, y se acompaña de espinacas y un caldo de roteña a base de hortalizas y fumet.
- Flan de albahaca, pera osmotizada y mantecado crujiente, que en realidad debía ser un streusel de chicharrones. Además, cremoso de caramelo y helado de pera con mantequilla.
Mery, dominando por completo la complejidad del postre, ha sido la única que se ha llevado solo buenas críticas tras el final de la prueba, y se convertía en la primera finalista de la edición.
Finalistas texturizados
Los cuatro delantales negros se han jugado el puesto en la final con un reto que comenzaba eligiendo a ciegas ingredientes bajo campanas misteriosas. Mareando la perdiz hasta repartirlos, finalmente cada concursante ha obtenido un solo producto que debía ser el protagonista absoluto de su plato, pero presentándolo en, al menos, cuatro texturas diferentes. El reparto quedaba así:
- Ofelia: manzana.
- María: tomate.
- Arnau: alcachofa.
- Fran: huevo.
Tocaba la también exasperante visita de algún viejo conocido del programa, en este caso Raquel Meroño, ganadora de ‘MasterChef Celebrity 5’. Por qué se empeñan en poner a cocinar a otra gente que no tiene nada que ver con la prueba al mismo tiempo que los aspirantes, es un misterio.
Fran ha aprovechado el pin de la inmunidad para salvarse, dejando el reto de expulsión final protagonizado por productos vegetales. Los concursantes solo podían usar además una caja de ingredientes básicos, además de una cantidad ilimitada del producto que les había tocado.
Por la mesa del jurado han desfilado esferificaciones, confitados, gelificados, espumas, sorbetes, granizados, cremosos, crujientes... con mayor o menor acierto, especialmente a la hora de combinar esas texturas con el sabor, del que los espectadores nos tenemos que fiar a ciegas de la cata de los jueces.
Arnau ha sido el mejor del reto, destacando también el emplatado de María, mietras que Ofelia erró en dar sabor a sus texturas de manzana, presentando un plato demasiado plano. La concursante más peculiar de este año terminaba así su periplo en el programa, convirtiéndose en la última expulsada. Nos vemos en la final.
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