En plena época de rebajas no está de más recordar nuestros derechos como consumidores para evitar timos y estafas, y los expertos también recomiendan evitar las compras impulsivas innecesarias. Esto último es más complicado ante las ofertas jugosas, pero además podríamos gastar de más si justo antes hemos consumido café u otras bebidas con cafeína.
Son las conclusiones que detalla un estudio publicado este mes en la revista de investigación Journal of Marketing, en el que se ha analizado cómo el posible consumo de cafeína antes de comprar influye en el comportamiento de esa compra por parte del consumidor.
La cafeína es un potente estimulante que es ingerido a diario por millones de personas en todo el mundo, principalmente a través del café en sus distintas variantes, pero también en forma de té, refrescos, bebidas energéticas, zumos funcionales e incluso alimentos enriquecidos o chocolate. Aunque tiene numerosos beneficios en el organismo, sus efectos también pueden ser perjudiciales según las cantidades ingeridas, el nivel de tolerancia o circustancias concretas de cada individuo.
La ciencia sigue investigando sobre esos efectos en la salud, pero el trabajo desarrollado por los investigadores del Journal of Marketing se han centrado en cómo la cafeína influye en el comportamiento de algo tan cotidiano como comprar, pues beber café u otras bebidas estimulantes durante o después del proceso de compra es una actividad cada vez más común, tanto en comercios físicos como virtuales.
La investigación se ha desarrollado en dos líneas, sobre el propio terreno y posteriormente en laboratorio, instalando primero máquinas de café en la entrada de comercios minoristas de varios países. Se ofreció una taza de café a más de 300 clientes y otras tantas bebidas descafeinadas o agua a otros, comparándose después los recibos de compras. En otra fase se analizaron las compras online de sujetos que ingerían cafeína antes o durante el proceso de compra, comparándose con aquellos que no tomaban esta sustacia.
Así, los resultados de la investigación muestran que que el consumo de una bebida con cafeína, frente a las que no tienen el estimulante, antes de comprar, incrementa la impulsividad en términos de mayor número de artículos comprados y también un mayor gasto. Además, el gasto impulsivo es mayor en productos "hedónicos", superfluos o innecesarios.
Los investigadores concluyen que estos datos demuestran cómo algo tan aparentemente banal como tomar un café antes de ir de rebajas puede provocar que invirtamos más dinero del esperado en cosas que además no necesitamos, y recomiendan a las personas que intentan controlar el presupuesto eviten la ingesta de cafeína antes y durante la actividad de compra, sea en tiendas físicas como desde casa.
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