La muerte puede esperar: miles de chinos se cuelan en los funerales de un tanatorio de pueblo. ¿La razón? Sus noodles

Concebir los noodles de arroz como un caso de vida o muerte puede resultar extraño, pero China, o parte de sus habitantes, están cayendo en la tentación y, en este caso, no parecen muy partidarios de librarse del mal.

Todo se inició con las aventuras de un influencer que, como en tantas otras ocasiones, ha acabado poniendo de moda un plato o receta, en este caso unos noodles con un potente caldo de huesos de cerdo y una salsa picante especial, receta familiar, que está provocando que cientos de personas quieran probarlos.

El problema, podríamos decir, es que con la muerte hemos topado. Como si se tratase de una escena de Muertos SL, la particular comedia de Movistar+ sobre el día a día de una funeraria, son miles de personas las que están pretendiéndose hacer pasar por familiares y amigos de los difuntos para colarse en el tanatorio en cuestión y poder probar la sopa de noodles a la que hacemos mención.

Se trata de la cantina del tanatorio de Erlong, en la localidad de Kaili, dentro de la provincia de Guizhou, en el suroeste del país y de la que se han hecho eco medios locales como Yangcheng Evening News. Al punto de que muchos de los comensales se están presentando como auténticos dolientes con la excusa de probar la sopa, que además apenas se sirve en dos servicios muy delimitados, de seis a ocho de la mañana y de 22:00 a 22:30 –horas locales–.

Lo que parecía una chanza se ha convertido casi en un peregrinar que, incluso, ha merecido hasta entrevistas a los cocineros del restaurante y a sus trabajadores, que presumen de que usan solo ingredientes frescos, que el caldo se cuece con huesos de cerdo durante horas y que la salsa picante viene de esa receta familiar indescifrable.

Tanto como para, además, que cada bol de sopa –a 10 yuanes, algo más o menos similar a un euro y medio– se convierta en un best seller en sus cuatro versiones: mezcla de carnes, pollo picante, carne picada y manitas de cerdo.

De ello se hacen eco en South China Morning Post y de esta fiebre del noodle de funeral que, aunque parezca que no, hace que el tanatorio se llene de desconocidos dispuestos a decir más 'pruébame' que a dar el pésame.

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