Prueba "emocionada" el melón más caro del mundo, que vale 200 euros. Y descubre que sabe a melón

El mundo de la gastronomía tiene también mucho de postureo, clasismo y elitismo, y tanto nos atrae conocer el producto o plato más caro en su categoría como burlarnos de quien se gasta el dinero en el bocado más estrafalario o absurdo. Es lo que ha ocurrido al viralizarse en Twitter el vídeo de una tiktoker compartiendo su experiencia con el melón más caro del mundo en un restaurante de Madrid.

La joven @beaggil, que cuenta con más de 34.000 seguidores en la red social, colgó varios vídeos de su comida en uno de los restaurantes japoneses más exclusivos de la capital, Pilar Akaneya, conocido por haber sido el primer sumibiyaki de Madrid -parrilla japonesa- y por ser de los pocos locales en España que cuentan con carne de Kobe 100 % auténtica y certificada, incluido en la lista de la Asociación de Kobe de Japón. Además, presumen de haber traído a nuestro país el exclusivo Crown Melon, conocido como el melón más caro del mundo.

Igual que la famosa carne, este melón llega directamente de su lugar nipón de producción, la ciudad de Fukuroi, donde actualmente solo trabajan unos 300 agricultores que cultivan esta fruta selecta convertida tras años de trabajo en un producto gourmet de categoría premium, casi una joya comestible por la que se llegan a pagar miles de euros en subastas para las más exclusivas. Actualmente, de media, uno solo de estos melones ronda los 200 euros.

Por qué es un melón tan caro

Originalmente este melón llegó a la ciudad japonesa a partir de la importación de las semillas británicas del melón Earl’s Favorite, que los agricultores desarrollaron mediante hibridación y selección hasta dar con una variedad que se conoce hoy como Shizuoka Crown, el melón "corona de Shizuoka". Es un tipo de cantalupo, redondo, relativamente pequeño, que madura en planta y extremadamente dulce y aromático.

Los motivos que hacen que sea tan caro residen básicamente en los costes de su producción. Se cultiva solo en las fincas certificadas de la prefectura de Shizuoka, donde se dice que se dan las condiciones ideales de temperatura, luz solar y humedad. Además, crecen en invernaderos de cristal de última generación, controlados, con plantas que se cuidan para su desarrollo en vertical como si fueran tomateras, controlando al máximo todos los parámetros ambientales durante el crecimiento y maduración de la fruta.

El mito que además eleva su precio y su fama es la máxima de 'una planta, una fruta'. Los productores seleccionan un sol melón por mata para que la planta concentre todos los nutrientes en ella, lo que, teóricamente, permite que el melón en cuestión sea mucho más dulce y de mayor calidad. Incluso se masajean con guantes especiales regularmente para ayudar a distribuir el azúcar natural de la fruta.

Sigue siendo un melón que huele y sabe a melón

Lógicamente, por muy selecto y cuidado que sea su cultivo y selección, el Crown japonés sigue siendo un melón. En el país se considera un obsequio de lujo muy apreciado por quien lo recibe, pues rara vez se adquiere para consumo propio como haríamos con la fruta cotidiana; allí la fruta suele ser cara y hay más ejemplos de otras variedades selectas que se venden como objetos de lujo para regalar, como ciertas fresas.

En España este discurso de frutas carísimas nos llama la atención por su curiosidad, pero pocos nos gastaríamos tantísimo dinero en un mero melón. Por eso no es de extrañar que haya generado tanta guasa en las redes sociales el vídeo de @beaggil anunciando la cata del melón como si fuera a degustar caviar iraní sobre pan de oro con trufa blanca.

Todo el ritual teatral del camarero presentando la pieza con su etiqueta cual sumiller enseñando una botella de vino, la explicación de que solo se deja crecer un melón por cada "árbol" -error muy mencionado en Twitter- y los gestos al probarlo con emoción, comiéndose incluso la corteza, son vistos desde fuera como algo ridículo, casi una parodia.

La tiktoker concluye la cata con su conclusión, un buen cierre que resume todo este asunto: "¿Pagaría 200 euros por este melón? No. ¿Está muy bueno el melón? Está bueno el melón."

Comentarios tanto de la chica como de sus acompañantes como "No deja de ser un melón", "Será muy caro, pero oler, huele a melón" o "A ver, es un melón", no hacen más que poner la puntilla a las bromas y burlas de los usuarios de Twitter y TikTok que han viralizado el vídeo. "Yo me alegro de saber que cada vez hay más negocios enfocados en estafar a pijos", comenta @K0D3N_2, cuya publicación no deja de sumar megustas y retweets.

@beaggil Probando en kings melon :) #melon #kingsmelon #restaurante #japones #madrid #lentejas #tiktokindia ♬ sonido original - Beaggil

Como ya casi todo en esta vida, en cuestiones gastronómicas las cosas valen lo que se esté dispuesto a pagar por ellas. Está claro que si no hubiera mercado para vender un melón tan caro, no se produciría. En este caso está claro que se paga más por el mito, su historia y exclusividad que por lo que realmente puede aportar organolépticamente hablando.

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Fotos | Shizuoka Crown Melon - @beaggil
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