¿Alubiada o mortifiaciones corporales? El obispo de Bilbao permite a una sociedad gastronómica saltarse la abstinencia de Cuaresma. Pero incluye penitencia

Con más de 180 años de historia a sus espaldas, la Sociedad Bilbaína es una de las instituciones más prestigiosas y exclusivas de la capital de Vizcaya. Uno de los eventos más esperados por sus miembros es la tradicional comida que acostumbran a celebrar por el Día del Socio, este año una alubiada, pero este año ha surgido un pequeño inconveniente con el calendario: cae en pleno viernes de abstinencia.

Todavía son muchos los católicos que siguen los preceptos de la Iglesia y cumplen con las reglas de abstinencia que marca la Cuaresma, hoy en día traducidos en no comer carne los viernes hasta después de Semana Santa. Y muchos de los socios de la mencionada sociedad gastronómica son fieles creyentes a quienes suponía un conflicto la tentación de enfrentarse al suculento guiso de alubias con todos los sacramentos cárnicos en el plato. Por suerte, la Iglesia siempre está abierta a hacer excepciones.

Tal y como recoge ABC, este año el Día del Socio de la Sociedad Bilbaína caía en mitad de semana, el miércoles, pero se trasladó al viernes para facilitar la asistencia a sus miembros y poder celebrarlo con más propiedad. El cambio de fecha se hizo sin tener en cuenta el calendario católico, pues ya estamos en plena época cuaresmal.

Ante la preocupación de los socios creyentes y practicantes de la abstinencia, que les privaría de poder degustar los típicos sacramentos de la suculenta alubiada prevista para el evento (chorizo, morcilla, panceta o tocino, costilla...), el presidente de la junta directiva, Juan Ignacio Goiria, contactó con el obispado para solicitar una "legítima dispensa" a sus socios.

Como refleja la carta compartida por El Correo, el Obispo de Bilbao, Joseba Segura, ha aceptado la petición, por ser "una comida que incluye carne para los socios" y "no poder cambiar la fecha de la misma". Eso sí, la dispensa debe ser compensada, pues la propia Iglesia reconoce que esa abstinencia puede ser sustituida libremente por otras prácticas.

Sin especificar exactamente qué deberán hacer los felices comensales tras dar buena cuenta de su alubiada completa, el Obispo sugiere prácticas penitenciales tales como la lectura de las Sagradas Escrituras, conceder limosnas a los más desfavorecidos o visitar a enfermos, rezar el Rosario, participar en la Misa o, como última instancia, la realización de mortificaciones corporales.

"Por la gracia de Dios y de la Sede Apostólica".

Fotos | Sociedad Bilbaína
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