Obligan a cambiar de nombre al mítico bar Pinotxo de la Boquería de Barcelona, que cambia de dueño

El Mercado de la Boquería de Barcelona puede que se haya convertido en un hervidero de turistas, pero hay locales ya históricos que siguen al pie del cañón. Es el caso del Pinotxo, una barra de bar de toda la vida que lleva 75 años sirviendo cocina catalana tradicional con el mítico Joan o Juanito Bayén al frente. O habría que decir llevaba, pues Juanito se retira y el local cambia de propietario, y, ahora, parece que también de nombre.

Lo ha determinado el juzgado de lo Mercantil número 9 de Barcelona tras la denuncia de la familia. Así, han logrado que la jueza ordene una medida cautelar mediante la cual se requiere a Restaurante Egipto SLU, el nuevo operador, que "cese inmediatamente en el uso de la denominación Pinotxo Bar".

Juanito, quien ya era más conocido en todo el mercado por el mismo apodo de su bar, llevaba toda la vida en la Boqueria. El negocio arrancó en forma de pequeño kiosko donde su madre servía platos caseros sencillos, tras empezar solo sirviendo cafés y churros. Bautizado como Pinotxo en honor al pequeño perro de la familia, por la película famosa de Disney, el puesto se iría ampliando poco a poco, añadiendo también nuevos platos a la carta.

Y así pasaron las décadas en las que el Pinotxo y el propio Bayén se convirtieron en una institución de la Boqueria, popular también entre turistas y reconocido por célebres chefs de la talla de Adrià o Alberto Chicote, siempre con su servicial sonrisa y sus pulgares arriba. Hasta que, a la edad de 89 años, Juanito tuvo que jubilarse por motivos de salud.

Se esperaba que el negocio lo continuara su sobrino Jordi Asín Bayén junto a su esposa, copropietarios del bar desde 2001 tras formar una sociedad civil, pero, en un movimiento inesperado, según asegura la familia, el bar fue traspasado a otro empresario mediante una concesión administrativa del mercado. Tras una pequeña reforma, el local reabrió hace unas semanas con un nuevo equipo bajo la nueva propiedad.

Ahora, Asín reclama los derechos de propiedad intelectual del bar y ha declarado en un comunicado lo difícil que está resultando a la familia asimilar lo sucedido, afirmando su tío ha sido "teledirigido" en la operación de traspaso, y que van a sufrir unos graves perjuicios económicos. A pesar de todo, aseguran que continuarán con el negocio familiar y su "buen hacer gastronómico" en otro punto del mercado.

De este modo, el mítico bar con su histórica barra, punto de encuentro y casi un rincón familiar para decenas de clientes, seguirá donde siempre pero con otro nombre, mientras se espera que el espíritu del Pinotxo original reabra en otro enclave.