“Pagué y me fui, pero también sé dónde no volver”. El euro de la discordia entre un bar y un cliente al que se le cobró el pan del bocadillo

Uno alega un error en una tecla, pero la bola de nieve ya se había hecho demasiado grande en Facebook. Tanto es así, que un hostelero de Vigo ha recibido llamadas de otras partes de Galicia para comprobar si aquel lapsus digital fue intencionado o no hubo maldad en él.

La chispa estalló el 22 de junio en un grupo de Facebook donde un cliente, adjuntando el ticket en cuestión, puso el grito en el cielo cuando tras pedir un bocadillo de tortilla de patatas y una cerveza, vio cómo se le cobró también una ración de pan.

"Bocata de tortilla 4€, y pan 1€…", así rezaba la queja, acompañada de un emoji y de la continuación del mensaje: "Por educación pagué y me fui, pero también sé dónde no volver… Tomar nada, manda🥚🥚".

Viralizado rápidamente ante lo que parecía un fraude, lo cierto es que no es la primera vez que vemos que se cobre el pan en un restaurante. De hecho, es un concepto que hasta se debería cobrar con más frecuencia de lo que se hace.

Sin embargo, el evidente lío con el ticket en cuestión no está en cobrar el pan, sino el dónde se ha cobrado el pan: un euro por el pan de un bocadillo. La polémica ha coleado durante casi un mes hasta que el restaurante, en declaraciones al periódico Faro de Vigo, ha aclarado la razón del cobro.

Según explican al decano de la prensa gallega, se debe simplemente a que el hostelero se lió con la máquina, presionando una tecla que no debía. Remitiéndose a las palabras del hijo del propietario, que fue el que contactó con el periódico vigués, sostienen que "mi padre ya es mayor y este cliente insistió en pedirle el ticket, pero le dió a la tecla que no era".

De esta manera, remarcan desde este bar de Vigo, muy cercano al estadio de Balaídos, donde despachan suelen vender muchos bocadillos de tortilla de patatas diarios cuando juega el Celta de Vigo o hay algún concierto, que "en días así, cuando juega el Celta o hay actuaciones, despachamos 200 bocadillos de tortilla y nunca pasó nada".

Para saldar la deuda y fumarse una improvisada pipa de la paz, esta vez en forma de bocadillo de tortilla, el hostelero invita al cliente descontento a regresar al bar, comerse el bocadillo —invitado, claro— y devolverle el euro de más que se le cobró por aquel fatídico patinado dactilar.

Imágenes | Facebook

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