El Parlamento Europeo ha rechazado hoy la enmienda que buscaba impedir que los productos de origen vegetal utilicen nombres típicamente asociados con productos cárnicos. Ha aprobado, no obstante, otra que amplia las restricciones ya existentes a las denominaciones comerciales de los sucedáneos vegetales de los lácteos.
Términos como “leche de almendras” o “queso vegano” ya están prohibidos en la Unión Europea, pero esta enmienda prohíbe el uso de expresiones como “producto vegetal de estilo yogur” o “alternativa al queso”.
Se trata de una victoria a medias de los grupos animalistas como Greenpeace, Birdlife o ProVeg, pero también de grandes multinacionales con intereses en el creciente mercado de los productos plant based –como se conocen en la jerga del sector– de la talla de Nestlé, Unilever o Upfield que han liderado una campaña para lograr tumbar esta enmienda.
Las dos votaciones de hoy están sujetas, no obstante, a la aprobación final como parte de una votación más amplia sobre la reforma de la Política Agraria Común.
Diferentes posiciones para propuestas similares
Lad dos enmiendas fueron presentadas por el socialdemócrata francés Éric Andrieu hace más de un año y en todo momento se habían discutido conjuntamente. Nadie tenía claro cuál iba a ser el resultado de la votación, pero parece que nadie esperaba que se rechazara una y no la otra.
En un comunicado, Jasmijn de Boo, vicepresidente de Proveg International (la ONG que ha encabezado las movilizaciones contra las enmiendas), ha mostrado su satisfacción con el rechazo de la enmienda 165, la que quería prohibir que los productos de origen vegetal utilicen nombres típicamente asociados con productos cárnicos, pero no entiende como se ha aprobado la 171, relativa a los lácteos.
“Nos resulta inconcebible cómo el Parlamento Europeo ha podido adoptar posiciones tan diferentes sobre propuestas tan similares”, explica De Boo. “Aunque la prohibición supuestamente tiene como objetivo evitar la confusión del consumidor, está claro que no hace nada por los consumidores excepto confundirlos. También es un gran golpe para el sector lácteo de origen vegetal, uno de los más innovadores y sostenibles de la industria alimentaria europea en general”.
La opinión de la industria cárnica ya la dejo clara en Directo al Paladar José Manuel Álvarez, responsable de comunicación de la plataforma Carne y Salud, que agrupa a toda la industria cárnica española: “La margarina cuando se desarrolló a finales del siglo XIX como alternativa a la mantequilla no se llamó 'mantequilla vegetal'. Los productos de origen vegetal se podrán comercializar con toda normalidad, pero con sus denominaciones. Que busquen su camino”.
Un camino que hoy, parece, se bifurca para los fabricantes de uno u otro producto vegetal.
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