Pork pie plot: así es el pastel de cerdo que da nombre al complot para echar a Boris Johnson del Gobierno británico

Los medios británicos han bautizado como 'el complot del pastel de cerdo' (porkie pie plot o pork pie putsch) a la reunión mantenida el pasado martes por el grupo de diputados conservadores dispuestos a echar al primer ministro, Boris Johnson, del poder. El apelativo no es una referencia a supuestas cualidades del polémico mandatario, sino a una especialidad que es todo un símbolo de la cultura gastronómica del país.

Johnson está viviendo una de las mayores crisis de su ya cuestionado su mandato a raíz del escándalo del partygate, las fiestas celebradas en Downing Street y otros espacios del Gobierno durante el confinamiento por la pandemia. La oposición no deja de presionar pidiéndole explicaciones y responsabilidades, exigiendo su dimisión.

Entre el grupo de diputados tories que lideran el movimiento para poner en marcha la moción de censura que derribe al primer ministro se encuentra la conservadora Alicia Kearns, en cuyas oficinas se celebró la mencionada reunión rebelde esta semana. La circunscripción de Kearns incluye la localidad de Melton Mowbray, muy famosa por su pork pie o pastel de cerdo tradicional. Y no es un pastel de cerdo cualquiera.

Melton Mowbray pork pie, un pastel de carne con Indicación de Origen

La gastronomía británica no es precisamente de las que gozan de mejor fama, pero si hay algo que la identifica, además de sus dulces, son los pasteles tipo pie. Estamos más familiarizados con la versión estadounidense por la influencia del cine y la televisión, pero su antecedente hay que buscarlo en las islas europeas, con un origen probablemente medieval como método para conservar mejor la carne.

En Gran Bretaña, un pastel pie responde mayoritariamente a la categoría de masas saladas, casi como lo que entendemos aquí como una empanada, aunque con mucha más altura y casi siempre de forma redondeada, como una tarta. El relleno más tradicional se elabora con carne picada de cerdo, si bien existen multitud de variedades regionales que añaden embutidos, verduras, gelatina o huevos cocidos, como el escocés scotch egg pork pie, del que Carmen Tía Alia compartió su receta.

Y entre todo el catálogo de pasteles de carne, el de Melton Mowbray (Leicestershire, en el centro de Inglaterra) destaca con luz propia gracias a la labor de la asociación del mismo nombre, que desde 1998 trabaja para proteger y difundir su valor histórico y cultural. En el año 2009, la Melton Mowbray Pork Pie Association consiguió que la Unión Europea concediera a su pastel la protección de producto con Indicación Geográfica Protegida.

Este reconocimiento y su sello oficial certifican que un Melton Mowbray pork pie es 100% auténtico, de calidad y respetando o siguiendo las bases tradicionales de su elaboración. Según la asociación, formada por ocho productores de la región, es un pastel distintivo, diferente y reconocible por su forma y calidad, además de, afirman, "mundialmente famoso".

Qué lleva y cómo se hace

Algunas fuentes apuntan a que los primeros pasteles de Melton Mowbray se remontan al siglo XVIII, como alimento fácil de transportar. Fue ya en el siglo XIX cuando la localidad creió en población y diferentes pasteleros comenzaron a suministrar una variedad propia de pastel de carne, muy popular especialmente entre los cazadores que frecuentaban ya la región.

Este pastel se distingue de otros pork pies británicos primero por su forma, con una masa salada de agua caliente tradicional, con manteca y sin huevo, a la que se da la típica forma cilíndrica, no muy chata, y siempre a mano. También se diferencia en el acabado que adquiere tras salir del horno, ligeramente abonbado o con perfil en arco, porque no se emplea ningún molde, lo que permite además adquirir un color más tostado.

El relleno es otra de sus características esenciales, pues el color grisáceo de la carne indica que se prepara con cerdo picado fresco sin añadir embutidos u otras carnes ahumadas o adobadas. Debe llevar un mínimo de 30% de carne de cerdo, aunque normalmente contiene un porcentaje mayor, y se agrega gelatina animal para darle mayor humedad y rellenar los huecos de aire que se generan en el horneado.

De este modo, el relleno tiene un sabor más natural a cerdo fresco y menos procesado, sin exceso de aromas que enmascaren la carne, y con una textura más mordible, menos pastosa o chiclosa que otros pasteles británicos más genéricos, pues se prefiere una picada más gruesa y artesanal.

En cualquier caso, al ser un producto de origen humilde y tradicional, no existe una receta concreta específica y cada productor le da su sello particular, compitiendo cada año en el famoso concurso nacional que organiza la misma asociación protectora de este pastel "del complot". Se juzgan pasteles de 45 g, degustados fríos.

Estos productos son todo un icono cultural, histórico y social británico, y uno de los alimentos más populares en todo el país. Aunque quizá al todavía primer ministro Boris Johnson se le empiecen a atragantar los pasteles de cerdo a partir de ahora.

Fotos | iStock - Alan Samuel - The Melton Mowbray Pork Pie Association - B&M Stores
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