La Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) ha informado de la posible implicación de las tortillas envasadas que ha retirado Ahorramas con un supuesto brote de botulismo, aún sin confirmar. Sin haberse notificado todavía como alerta alimentaria, la confirmación de varios casos de esta enfermedad en los que se había consumido esta tortilla de patatas en los días previos, se está investigando si este producto pudo ser el origen del brote.
Según informa la propia AESAN, son tres los casos confirmados y uno más sospechoso de las personas afectadas con botulismo que habían ingerido alguna de las dos tortillas de la marca Alipende que Ahorramas tiene en su catálogo, y que hace ya días que están retiradas de los puntos de venta. Los casos se han producido en varias comunidades autónomas diferentes y se está trabajando para reforzar la vigilancia que pueda facilitar una detección precoz de posibles nuevos casos.
A pesar del vínculo común del consumo de la tortilla que fabrica la misma empresa -Palacios-, todavía no se ha podido confirmar ninguna evidencia que que relacionen directamente las tortillas con la enfermedad. Aplicando el principio de precaución, Ahorramas decidió retirar de la venta las dos variedades de tortillas de patatas, con y sin cebolla, hasta que se avance en las investigaciones pertinentes.
Desde la AESAN recuerdan que las tortillas de patatas envasadas siguen siendo un alimento perecedero cuya seguridad alimentaria se ve más comprometida en verano con las altas temperaturas, y se deben extremar las precauciones a la hora de conservarlas en casa, y también desde el punto de venta hasta que llegamos al domicilio con la compra. Siempre hay que seguir las instrucciones indicadas por el fabricante, y en ningún caso dejar un alimento como la tortilla a temperatura ambiente.
Qué es el botulismo
El botulismo es una de las enfermedades ligadas a intoxicaciones alimentarias menos frecuentes pero también de las más peligrosas, más común en los productos de elaboración casera. Es causada por las toxinas de la bacteria Clostridium botulinum, presente en la naturaleza, cuyas esporas son capaces de sobrevivir en ambientes sin oxígeno o alimentos como la miel.
La enfermedad en sí la causan las toxinas que genera esta bacteria al multiplicarse, por eso es una enfermedad asociada particularmente al mundo de las conservas caseras, como verduras en aceite o alimentos poco ácidos, con un pH por encima de 4,5. Uno de los principales problemas para identificarla es que no se suele alterar el alimento afectado, sin afectar a la apariencia o sabor.
Puede darse también en la elaboración industrial aunque es menos frecuente, normalmente debido a daños producidos tras el envasado -por ejemplo, un golpe-. Una lata o bote abombado o hinchado, con daños, oxidada, que haya perdido el vacío o que emita algún tipo de gas u olor extraño al abrirse, debe desecharse.
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