Salvo en dietas veganas y vegetarianas, el pescado es un alimento muy saludable que suele recomendarse por encima de la carne por su valor nutricional y vincularse con una mayor esperanza de vida, fuente de proteínas de alta calidad, vitaminas y minerales, ayudando a prevenir enfermedades metabólicas y cardiovasculares, especialmente los pescados azules. En esta época la sardina es el mejor pescado para tomar cada semana, lleno de beneficios y mucho más barato que otras especies.
Como pescado azul por antonomasia de nuestra gastronomía nacional, la temporada de sardina nacional arrancó ya en marzo y se extenderá durante todo el verano, con su momento álgido alrededor de San Juan. Versátil como pocos, la sardina es perfecta para cocinar sobre las brasas de una barbacoa al aire libre, para hacer a la plancha, en recetas cómodas como las sardinas al horno o también guisadas, rebozadas y fritas.
Con un contenido calórico moderado, pues un ejemplar de unos 200 g no suele llegar a las 200 kcal, es fuente de ácidos grasos poliinsaturados omega-3, proteínas de alto valor biológico que el organismo asimila fácilmente y además aporta una notable cantidad de fósforo, calcio, selenio, vitaminas del grupo B y vitamina D.
Todos estos nutrientes, además de contribuir a mantener una buena salud en un estilo de vida equilibrado, también tienen beneficios adicionales adecuados para esta época del año. Las grasas saludables y la vitamina D ayudan al buen funcionamiento del sistema nervioso, previenen los trastornos del estado del ánimo y tienen un efecto protector en el cerebro, contribuyendo a prevenir enfermedades neurodegenerativas así como el envejecimiento prematuro.
Es un pescado que ayuda a fortalecer el cabello, la piel y las uñas, que sufren más en verano, y también a mantener unos huesos fuertes gracias al calcio y la vitamina D, importante también en verano cuando evitamos las exposiciones directas al sol en las horas de más calor.
La AESAN recomienda ingerir de tres a cuatro raciones de pescado a la semana, variando entre blancos y azules, y precisamente la sardina entra en el grupo de las especies con un bajo contenido en mercurio sobre las que no hay que imponerse ninguna limitación que deba preocuparnos, ni con niños o embarazadas.
Nos encanta disfrutar en verano también del bonito del norte y el atún rojo, otras dos especies típicamente veraniegas, pero la sardina es mucho más barata, asequible y versátil. Si además te apasiona su sabor, no hay ninguna razón por la que no puedas permitirte tomarla dos veces a la semana.
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