El restaurante Mosto Tejero, ubicado en las afueras de Jerez de la Frontera, protagonizó uno de los episodios más memorables de Pesadilla en la Cocina en 2018. Desde el primer momento, Alberto Chicote se enfrentó a un panorama desolador: un local embargado por los bancos, con pésima higiene, productos de baja calidad y un ambiente laboral tóxico. Es decir, un negocio bastante tocado.
El dueño, conocido como Juanete, no ayudaba a mejorar la situación. Chicote quedó atónito al descubrir que el propietario dedicaba su tiempo a "tomarse vinos con sus colegas y dar palmas todo el día", mientras el personal se enfrascaba en discusiones constantes con la cocinera, responsable de una comida que ni siquiera el chef consideró comestible. El caos parecía no tener solución, pero Chicote decidió intentarlo.
Tras una intensa intervención y una reforma integral, el restaurante reabrió sus puertas con un aire renovado. Amigos y familiares acompañaron el regreso del Mosto Tejero, y por un breve momento, pareció que las cosas podrían mejorar. Sin embargo, el cambio no duró mucho.
Un cierre que se resolvería
En el verano de 2019, pocos meses después de la emisión del episodio, el restaurante cerró definitivamente sus puertas. La falta de clientes y los problemas económicos llevaron al embargo de los terrenos por parte del banco, dejando atrás un proyecto que nunca logró despegar del todo.
El caso del Mosto Tejero se ha convertido en un ejemplo emblemático de los desafíos que enfrentan algunos negocios hosteleros. Aunque Pesadilla en la Cocina logró darles un impulso inicial, no siempre es suficiente para garantizar el éxito a largo plazo. La gestión, la calidad del servicio y la fidelidad de los clientes son factores cruciales que el programa no puede controlar.
Hoy, el restaurante permanece cerrado, pero su historia sigue viva. El episodio es recordado tanto por los desafíos que enfrentó Chicote como por el pintoresco carácter de su dueño y el ambiente peculiar del establecimiento.
El Mosto Tejero es un recordatorio de que, aunque una intervención puede ser el primer paso hacia el cambio, el éxito depende de un esfuerzo constante y una gestión comprometida. Su historia sirve como advertencia para otros negocios en apuros y como un relato inolvidable en la trayectoria de Pesadilla en la Cocina.
Foto | @albertochicote/Instagram