“Tacaños extremos” es la frase con la que un científico bromea sobre la actitud de quienes quieren aprovecharlo todo
Es una tentación cuando el pan de molde se ha empezado a poner mal el aprovechar las esquinas o rebanadas a las que todavía no ha llegado este dañino microorganismo.
Esta es casi una costumbre en las casas en las que todavía queda aroma de España de posguerra, y que muchos no han abandonado por más que la paz y la democracia hace años que se abrieron camino.
No obstante, esta arraigada costumbre es una práctica errónea, pues no está nada recomendada por los expertos y puede tener serias consecuencias para la salud de quienes se toman estos trozos de pan.
Humedad y temperatura
La Agencia Española de Seguridad Alimentaria (Aesan) explica que las toxinas fúngicas son sustancias producidas por varios centenares de especies de mohos que pueden crecer sobre los alimentos en determinadas condiciones de humedad y temperatura.
Estas micotoxinas no solo no son apetecibles sino que “representan un riesgo serio para la salud humana y animal”. Se trata de compuestos químicos producidos naturalmente, con una producción máxima entre los 24 y 28 grados centígrados.
En un plano más divulgativo, el @farmaceuticofernandez de Tik Tok ha hecho un vídeo dedicado a los “tacaños extremos” que aprovechan estos trozos, como una usuaria que presume de saber aprovechar la comida con una política de desperdicio cero.
“En esa casa no se desperdicia nada, menos la vida, si es la del marido”, bromea el experto, que destaca que el problema de comer el pan así no solo es el moho que se ve, que uno puede pensar que se elimina si no se come la parte afectada.
Sin embargo, este moho produce dichas micotoxinas que colonizan el resto del pan y aunque no se vean están “y son tóxicas de flipar”.
Foto | Cats Coming
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