Tomar el café con aceite de oliva amenaza con ser la próxima moda que ya se deja ver en algunos locales
Fue hace poco más de un año cuando Starbucks desafió de nuevo a la paciencia italiana presentando en Milán su último invento, la gama de cafés Oleato, una mezcla de bebidas a base de café con aceite de oliva que también lanzaría en varios locales de Estados Unidos. A día de hoy no solo sigue existiendo, sino que está contagiando a otros profesionales del sector y, cómo no, a las redes sociales. Ante la amenaza de ser la nueva moda solo cabe preguntarnos si realmente tiene sentido.
No es la primera vez que alguien pretende hacer negocio combinando el café con una sustancia grasa en un mejunje cuanto menos peculiar. Los más veteranos del lugar recordarán el bulletproof coffe o café a prueba de balas, el invento de David Asprey, un avispado emprendedor de Sillicon Valley que aseguraba obtener enormes beneficios de su bebida cuando la combinaba con mantequilla de yak.
Ni qué decir tiene que hay una historia detrás. Asprey tuvo la supuesta revelación en contacto con los monjes del Tíbet al experimentar un rejuvenecimiento físico, mental y espiritual desayunando cada día té con esta grasa animal. Y lo convirtió en negocio, claro.
La versión más mediterránea del café con aceite de oliva tiene un origen menos místico, pero también de revelación. Howard Schultz, consejero delegado de Starbucks, afirmaba entonces que hace 40 años la cultura y el ritual del café de Milán le inspiraron para llevar el arte barista italiano a Estados Unidos, y ahora es el aceite de oliva virgen extra prensado en frío Partanna el que de nuevo le ha abierto los ojos para llevar a un nuevo nivel el disfrute del café.
Más allá de la gama de cafés Oleato de la cadena estadounidense, la mezcla está calando y es fácil encontrar en las redes a personas que alaban sus virtudes, ya no tanto por cuestiones organolépticas, sino por unos supuestos beneficios saludables. Hay quien señala que el aceite de oliva virgen extra contrarresta las posibles sustancias dañinas del café, afirmación que no se sostiene por ningún lado ya que el café es saludable y no tiene sustancias tóxicas ni aditivos. Salvo que sea torrefacto, mezcla o una bebida industrial, claro. Lo que le añadas tú después es otro tema.
Nuestros compañeros de Vitónica sí apuntan a un motivo más razonable, que sería sumar las propiedades beneficiosas del aceite de oliva al café, convirtiéndolo en una bebida doblemente saludable. Sumaríamos grasas de alta calidad nutricional con efectos beneficiosos en la salud cardiovascular, además de sustancias antioxidantes, antiinflamatorias, polifenoles y otros.
Lo que no hace el aceite es crear una súper bebida mágica al mezclarse con el café, simplemente se suma. Y hay que recalcar lo de sumar, pues difícilmente lograremos integrarlo en la bebida si no emulsionamos muy bien el aceite con leche o bebida vegetal. De lo contrario tragaremos aceite separado del café en una mezcolanza gustativamente poco agradable, que además dejará sensación grasa en los labios y paladar.
Que dos alimentos sean muy sanos por separado no es motivo suficiente para mezclarlos a la vez. Preferimos tomar el aceite de oliva en una tostada, por ejemplo, con nuestra taza de café normal al lado. Quien lo pruebe y le guste, estupendo. Pero que nadie se obligue a tragarlo solo porque lo venden como sano.
Sí hay un efecto secundario que intuimos de tomar esta bebida que puede ser interesante para quien sufra de tránsito intestinal lento, porque al parecer puede ayudar contra el estreñimiento o, directamente, causar diarreas. Mejor ir con cuidado.
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