Ruby Roman: la uva japonesa del tamaño de una pelota de ping-pong que se llega a vender a 10.778 euros el racimo

Es un hecho conocido que en Japón la fruta fresca suele ser muy cara, pero hay casos concretos que se salen de lo común. La codiciada y suntuosa uva Ruby Roman, de un calibre extraordinariamente grande, presume de calidad y también de precio. Acaba de subastarse el primer racimo de calidad premium de la cosecha de este año, alcanzando un precio de 1,4 millones de yenes, unos 10.778 euros al cambio, batiendo el récord anterior por tercer año consecutivo.

El feliz comprador ha sido un empresario taiwanés, Hsieh Ming-ta, dueño de una cadena de supermercados japoneses que ha manifestado su deseo de dar a conocer esta fruta a la población de Taiwán. Según ha declarado, el exorbitado precio de su inversión le parece muy barato, en comparación con el duro trabajo de los productores para obtener esta delicatessen.

La uva Ruby Roman es una variedad reciente de uva de mesa roja cuyos granos, muy redondeados, alcanzan o superan el tamaño de una pelota de ping-pong. El calibre mínimo apto para su comercialización es de 20 g por cada grano de uva, pero son más apreciados los ejemplares que llegan a los 30 g, considerados clase premium, cuya producción es tan complicada que no se obtiene todos los años.

Además de sus llamativas dimensiones, es una uva que destaca por su sabor extremadamente dulce, con un mínimo de 18% de azúcares, intenso sabor y gran jugosidad. Se produce exclusivamente en la prefectura de Ishikawa y aparecieron por primera vez en el mercado nipón en el año 2008, tras 14 años de trabajos de investigación y desarrollo.

El objetivo era dar con una variedad de uva exclusiva que cubriera el vacío que había en Japón en el sector de la fruta de gran lujo. Los costes de producción son muy elevados y la cosecha muy reducida, lo que aumenta aún más la exclusividad. Cada grano de uva se examina individualmente para comprobar que alcanza los exigentes estándares de calidad, y los racimos seleccionados, de unos 700 g, se tratan como verdaderas joyas.

Normalmente estas frutas tan caras se compran para hacer obsequios o tener un detalle con clientes importantes, como quien regala joyas o relojes de lujo. El sistema de subastas también tiene fines promocionales, con los compradores exhibiendo su adquisición como si de un trofeo se tratase.

Fotos | Ruby Roman Club
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