La antaño idílica localidad francesa de Saint-Tropez logró su fama internacional como destino turístico de lujo que atraía a grandes artistas, famosos de renombre y millonarios de la jet set. Hoy sigue siendo sinónimo de opulencia, aunque ya sin tanto glamour, donde lo importante parece ser gastarse todo el dinero posible. Y muchos restaurantes se están aprovechando de ello a costa del cliente más modesto, con prácticas algo cuestionables que rozan la legalidad.
Según recoge el diario británico The Guardian, son varios los restaurantes de lujo que hacen una selección previa de los clientes antes de aceptar reservas, revisando si ya han pasado por el local para comprobar cuál fue el importe de su cuenta o cuánta propina dejaron. Si no se consideran suficientemente adinerados, se les exige un gasto mínimo estratosférico, o directamente se les niega la reserva.
La propia alcaldesa de Saint-Tropez, Sylvie Siri, ha declarado a medios locales que ella y todo el ayuntamiento "se oponen totalmente a estas prácticas despreciables", las cuales están "arruinando la imagen de la ciudad". Además, ha amenazado con sancionar a los restaurantes que ejerzan estas prácticas, tachándolas de "extorsión y chantaje organizado", pues no respetan las leyes de protección de datos a la hora de recopilar información de los comensales.
El periódico local Nice Matin recoge declaraciones anónimas de algunos trabajadores y clientes que confirman estas prácticas, "Básicamente, se trata de si vas a gastar mucho dinero o no". Algunos establecimientos, en lugar de mentir diciendo que está todo reservado hasta septiembre, ofrecen mesas fijando un coste mínimo que puede ir desde los 1.500 euros por comensal a los 5.000 euros por mesa completa.
Además, aunque en Francia la propia es discrecional y totalmente opcional por parte del cliente, muchos restaurantes esperan recibir propinas de hasta el 20 %, hasta el punto de que un camarero llegó a perseguir al aparcamiento a un turista italiano por dejar "solo" 500 euros, que correspondía al 10 % de la cuenta.
La alcaldesa ha anunciado que tiene previsto reunirse con los propietarios de los restaurantes al final de la temporada para "recordarles sus responsabilidades", pero ya amenaza con retirar licencias nocturnas si perseveran en sus prácticas chantajistas. El ayuntamiento además ha repartido pegatinas por toda la ciudad para animar a los clientes que se sientan estafados a que acudan a las autoridades para denunciar los fraudes.
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Fotos | Valentin B. Kremer - Anthony Persegol en Unsplash
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