La primavera ya se desborda y el verano, aunque aún no lo olamos, está a la vuelta de la esquina. Los que sí asoman, piel verde mediante, son melones y sandías, cuyas primeras cosechas ya empiezan a aterrizar en nuestras fruterías.
Con una temporada adelantada, propiciada por los nuevos métodos de cultivo, las sandías y los melones de las huertas de Almería son los primeros en llegar a los mercados. Un desembarco de color, olor, sabor, frescura y dulzura con orígenes andaluces y que supone una forma sencilla y más económica de consumir fruta, además de origen español.
Su disponibilidad, cada vez más temprana, abre la veda a una larga temporalidad de una fruta esencialmente veraniega que permite así disponer de ella durante más meses sin renunciar a la calidad y sin recurrir a exportaciones.
En la balanza, más de 400.000 toneladas de sandías y melones producidos cada año, muchos de los cuales llenan los mercados europeos. Bajo esa competencia, las frutas de Almería y Granada son un pequeño tesoro en cuanto a excelencia y cercanía que permite no depender de terceros países a la hora de llenar la cesta de la compra.
En ese sentido, la ventaja también se abre paso a través de controles de calidad, sostenibilidad y trazabilidad más exhaustivos que los que se pueden realizar en otros países productores como Costa Rica, Turquía, Senegal o Marruecos, donde las condiciones no son las mismas.
Westmark Cortador de melones y sandías, Con protección de la hoja, 29,7 x 21,5 x 3,6 cm, Acero inoxidable/plástico, Jumbo, Blanco/naranja/plateado, 51602270
Un mimo al producto que repercute en la calidad del producto y en la dulzura natural de las frutas (grados brix mediante) y que dinamizan y movilizan a los agricultores andaluces con una fruta de primera.
Imágenes | Unsplash
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