Se van sin pagar de un restaurante en San Valentín, pero los dueños del local logran que vuelvan para abonar la cuenta gracias a las redes sociales

Se van sin pagar de un restaurante en San Valentín, pero los dueños del local logran que vuelvan para abonar la cuenta gracias a las redes sociales
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Todos los cuentos románticos acaban siendo felices y comiendo perdices, pero pocas veces se habla de quién paga la cuenta. Algo parecido a lo que sucedió en el restaurante The Mill, en la localidad inglesa de Stokesley (de apenas 5.000 habitantes), donde una pareja de tórtolos decidió celebrar un San Valentín por todo lo alto.

Vino, ostras, filet mignon, langosta... La pareja no se privó de nada, incluyendo ese peculiar surf & turf tan anglosajón a base de solomillo y cola de langosta. Aunque de algo sí se privaron.

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Concretamente se privaron de pagar y decidieron hacer un 'sinpa' dejando al pub-restaurante sin cobrar un ticket de 179 libras. Al cambio, 216 euros. Una cantidad nada desdeñable que pasaba por haberse pedido hasta cuatro botellas de vino y haber 'engordado' la cuenta a base de marisco.

Lejos quedaban las intenciones de honrar a Cupido a base de pintas y alitas de pollo, como pudiera haber sido lógico en este pub, sino que decidieron tirar la casa por la ventana con una pizca de mala fe.

El Ticket Original Y La Factura Pagada Al Dia Siguiente Tras El Aviso En Facebook C Facebook The Mill El ticket original y la factura pagada al día siguiente, tras el aviso en Facebook. ©Facebook The Mill.

Un importante boquete que los hosteleros decidieron cobrar a través de las redes sociales, donde de forma amable buscaron a esa pareja, quizá escamoteadores o quizá de corta memoria, cuyos bolsillos parecían con poca intención de cubrir la cuenta.

El modus operandi del restaurante no sabemos si pasará a la historia, pero bastó con anunciar en su cuenta de Facebook la intención de denunciar a la policía a los fugitivos, los cuales tuvieron la mala suerte de caer en una mesa bien enfocada por las cámaras de seguridad del restaurante.

No sabemos si sería el remordimiento o el aviso en redes sociales, a modo del más puro estilo western de 'Se busca', donde se advertía a estos Bonnie & Clyde de los 'palos' hosteleros que su huida, festín mediante, había quedado registrada para la posteridad en la cinta de seguridad del restaurante.

El final feliz para el hostelero, aunque no hubiera perdices en el menú, es que un abonante anónimo se hizo cargo de la cuenta (sin propina) y no hubo que lamentar detenciones, arrestos o palabras mayores.

Imágenes | iStock / The Mill Stokesley

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